>

Blogs

Breve tratado sobre la esperanza

 

Menoscuarto publica ‘El parque’ para celebrar el centenario de su autora, Marguerite Duras

 

Una joven que trabaja como criada y un vendedor ambulante, el típico ‘viajante’, se encuentran casualmente en un banco de un parque, una de esa plazas ajardinadas que pueden encontrarse en cualquier zona de París, y entablan una conversación aparentemente insustancial. Ella ‘no vive’, solo espera el momento en que saldrá de esa situación que, de alguna manera, le parece ‘irreal’, espera el momento en que su vida cambie radicalmente. Será –ella está segura–  el día en que se casará y formará una familia como el resto de las mujeres. Él, sin embargo, parece estar contento con su situación. Tiene un trabajo que apenas le da para subsistir modestamente y para ello tiene que viajar sin descanso. Apenas tiene nada aparte de sí mismo y de su maleta pero no ansía, o al menos él lo cree, nada más. Se conforma –casi sin ser consciente de esa conformidad– con su más que modesta forma de vida.
La charla, aparentemente banal, se va convirtiendo a medida que avanza en un pequeño tratado sobre la existencia. Y van apareciendo, apenas asomando, como quien no quiere la cosa, como quien habla del tiempo para llenar el vacío de un silencio incómodo, temas fundamentales en toda existencia humana.
Se trata de ‘El parque’ una novela corta (algo más de cien páginas) completamente dialogada y sin duda la más teatral de las que escribió Marguerite Duras. De hecho también se convirtió en texto para la escena y este mismo año, al tiempo que La Pléiade reeditaba todos sus libros, con motivo de su centenario, se representaba de nuevo en el parisino L’Atelier de la mano los actores Clothilde Mollet y Didier Bezace. La editorial Menoscuarto ha querido sumarse a la celebración recuperando este texto, lúcido, desnudo y lleno al mismo tiempo de todas las cualidades que adornaron la literatura de una de las escritoras más celebres que dio el siglo XX en la vecina Francia.
Mujer libre, rompedora, independiente y cosmopolita, dotada, según quienes la conocieron de una energía contagiosa, que amaba el cine y el teatro tanto como la literatura, que en todos esos campos se movió con soltura, que militó en el Partido Comunista del que posteriormente fue expulsada –algo así como un signo generacional– que se crió en la vieja Indochina y ese cruce de culturas marcó para siempre su vida y su obra.
‘El parque’ es, como ya se ha dicho, un largo diálogo lo que, desde el punto de vista técnico es una de las dificultades de la novela, dividida en tres capítulos, cada uno de los cuales comienza con la misma frase: «El niño vino tranquilamente desde el fondo del parque y se plantó delante de la

muchacha».
De la muchacha apenas sabremos su edad, veinte años, y que a juicio de su interlocutor tiene unos bellos ojos. Del aspecto físico del protagonista menos aún. No hay nombres, no hay datos, el cielo está a ratos nublados, a ratos más luminoso, está a punto de llegar el verano. Solo son dos seres solitarios (solos como la mayoría de los personajes de Duras, aunque aquí la soledad parezca menos terrible) que hablan sin parar, pero que también podrían no hacerlo. Hablan porque sí, para distraerse, les resulta agradable, pero en su charla se deslizan las espinas en las que se engancha toda vida humana.
Aparece, sin ir más lejos, esa especie de obstinación que padecen algunas personas empeñadas en postergar su ‘comienzo’ de vida:
« –Sí, seguro que sí. Uno piensa que no pasa nada y, en cambio, ve usted, yo creo que lo más importante que le habrá ocurrido en su vida es precisamente esa obstinación que pone ahora en no vivir aún», le dice en un momento dado el hombre a la mujer.
La vida misma, su ‘inutilidad’ o su ‘trascendencia’, centrada en el hecho mismo de la existencia incontrolable. El éxito y el fracaso, dos términos tan aparentemente claros como resbaladizos:
«–La verdad es que triunfar nunca me ha preocupado demasiado, nunca he visto muy claro lo que esa palabra podría significar aplicada a mí; a lo mejor esa es la causa de todo. Por otra parte, ve usted, a mí no me parece que mi oficio sea insignificante», insiste el viajante.
Evolución
Marguerite Duras (Gia Dihn, Vietnam, 1914-París), escribió esta novela en 1955, el mismo año en que fue expulsada del Partido Comunista. Para entonces ya había escrito ‘Les impudents’ y ‘La vie tranquille’, dos texto alejados del que posteriormente sería su estilo, y había vivido la desazón de la desaparición de su marido tras la Guerra Mundial  y la experiencia de su regreso que después relató en ‘El dolor’ . Quedaba lejos aún ‘El amante’ novela que publicó en 1984, por la que recibió el premio Goncourt y la que le puso en la nómina de las celebridades literarias.
‘El parque’ muestra su evolución  hacia el ‘nouveau roman’. El aroma de ese movimiento está ya en su peripecia dialogada, como está, en su tensión contenida, el tinte existencialista que alcanzó a todos los campos de la creación después de la guerra.
¿Es mejor tener un plan en la vida, no mirar alrededor, sacrificar cada momento presente para no distraer la espera de lo que habrá de venir, de lo que se desea? ¿Es preferible, por el contrario, aceptar las cosas como vienen, no preocuparse por el mañana, no tener ni siquiera en cuenta la posibilidad de un cambio? ¿Cuál de las dos posturas antagónicas que representan los dos personajes de la novela es mejor antídoto contra el dolor o el vértigo de toda existencia?
A veces no tener esperanza es la mejor manera de gestionar la esperanza, parece decirnos la escritora. Y la esperanza, como la soledad, es el tema central de esta obra felizmente recuperada.

 

(Artículo publicado en el suplemento literario La sombra del Ciprés, el 4 de octubre de 2014)

En las fotografías, Portada de ‘El Parque’, en la nueva edición de Menoscuarto, y Marguerite Duras en su juventud

Sobre el autor

Más que un oficio, el periodismo cultural es una forma de vida. La llevo ejerciendo desde que terminé la carrera. Hace de eso algún tiempo. Me recuerdo leyendo y escribiendo desde que tengo uso de razón. La lectura es mi vocación; la escritura, una necesidad. La Cultura, una forma de estar en el mundo. Dejo poemas a medio escribir en el bolso y en todos los armarios.


octubre 2014
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031