NO ME GUSTA EL ÁRBOL CAÍDO
Precisamente porque no me gusta, odio contribuir a ello. Odio hacer leña de sus restos. Me gusta verlos erguidos hacía el cielo con raíces bien hondas en esa tierra que los alimenta. Somos carroñeros a tope, cuando alguien cae parece que eso de ayudar a levantarlo es casi un misión imposible para nuestras conciencias. […]