>

Blogs

jorgepraga

Hoy empieza todo

Ágora tardía

Normalmente la crítica se adelanta a la visión de los espectadores. Ciertos periódicos nacionales incluso preparan un bloque de críticas para publicar el viernes de los estrenos, con lo que ningún espectador se escapa, y la influencia es, hasta donde alcanza, eficaz y segura. El Norte es más modesto, pues en Valladolid no hay pases de prensa que habiliten la fórmula: las reseñas de Fernando Herrero van saliendo de una en una, lentamente. Pero nunca tan tardía como la nota que hoy dejo sobre Ágora, casi cinco semanas después de su estreno. La ventaja que otorga la tardanza es que el balance ya está hecho: la película tuvo críticas frías, más negativas que positivas (tal vez la más entusiasta es la que le dedicó Rosa Montero en el suplemento de El País del 1 de noviembre, con un título vocero: De críticos feos e Hipatías hermosas). Y sin embargo el público está batiendo todas las marcas. Desde que se estrenó es la película más taquillera, la recaudación sube y sube, y todavía no ha iniciado su retirada hacia otros mercados. Un choque entre el análisis de los críticos y la respuesta del público.
¿Un choque? Cuantitativamente sí. Pero en cuanto a valoraciones no estoy tan seguro de ello. Los comentarios que oigo a mi alrededor no son demasiado entusiastas; se le ponen pegas a la falta de tensión dramática (la película es como la elipse, tiene más de un centro, y eso perjudica su fluidez), al maniqueísmo del retrato religioso y social, a la ingenuidad científica con la que se hace a Hipatía adelantarse más de diez siglos, a la música, todavía peor que cuando la escribía el propio director, a los actores, olvidables en su mayoría… Pero el público acude, y ese es un mérito objetivo de Amenábar, crear un producto con los suficientes puntos calientes como para generar una polémica blanda, y venderlo asombrosamente bien con presencias muy selectivas en los medios de comunicación, hasta generar un deseo inconsciente de estar ante la pantalla. Es una fórmula que domina el director, que hasta ahora ha conseguido una envidiable rentabilidad de toda su producción, y además sin repetir nunca el género de película. Cada una es completamente nueva, lo que puede hablar positivamente del esfuerzo y la originalidad del director, pero menos favorablemente de su personalidad artística, de su estilo. Difícil sería reconocer una obra de Amenábar sin que se nos informase de su autoría.
Acabo en primera persona: la película me aburrió; había demasiadas líneas narrativas, ninguna predominante, con lo que no aparecía la tensión dramática que empujase el desarrollo hacia alguna salida o desenlace; el brillo de la Alejandría remota se reduce a su creación digital, que me parece un mérito secundario. Y una pega maniática: ¿por qué esa reiteración de planos verticales, cenitales, rechazados en cualquier gramática elemental? Recuerdo el uso que hacía Hitchcock de él en Los pájaros; con una mirada aérea, con la cámara colocada excepcionalmente en la mirada de los que atacaban desde el cielo, bastaba para recordarlos y temerlos. Pero en Ágora ¿quién mira desde arriba?

Temas


noviembre 2009
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30