>

Blogs

Jaime Rojas

La canaleja, crónica social de Segovia

El paso tecnológico

Esta no es mi Semana Santa que me la han cambiado. La meteorología favorable y ciertos asuntos tecnológicos acreditan que aquí hay cosas diferentes a otras Semanas de Pasión. Y si nos remontamos ya unos años, pues, en fin, esto se parece lo mismo que un huevo a una castaña.
Cualquiera que tenga unos añitos seguro que abraza mi teoría de que cualquier parecido con la realidad de Semana Santa de hace tres o cuatro decenios es mera coincidencia. Películas religiosas en el cine o en la televisión –la de los dos canales o uno y medio para ser más exactos– o bares cerrados al menos durante las procesiones están en mi retina. Capuchones, torrijas o ese férreo control de madres y párrocos para que no comieras carne forman parte de nuestra vida. O anécdotas como la de aquel vecino que contaba que él comía gambas para estar a bien con Dios.
Una sociedad y unas costumbres que dieron paso a otras, ni mejores ni peores. Unos hábitos que ahora tratamos de devolvernos a nosotros mismos y autoconvencernos que nunca los hemos dejado de lado y siempre, pero que siempre, los hemos cumplido. Nada más lejos de la realidad, porque díganme si alguien aún ve sólo esas películas o cierra su negocio por el paso de un desfile procesional. Ni tan siquiera, si me apuran, la mayoría ya cumple lo del ayuno, algo obligatorio para los católicos.
No seamos hipócritas, que es pecado. Que no estamos todo el tiempo comiendo torrijas, que no nos hagamos los puristas. Que no, que el pasado nunca vuelve. Y lo que es evidente es que las Semana Santas nada se parecen. Que ahora es un acto social, unas vacaciones de primavera, con un contenido religioso en franco retroceso.
Les decía que hasta el tiempo ha cambiado. Ha hecho calor, acostumbrados como estábamos a agua y hasta nieve. La imagen de Viernes Santo en el Real Sitio de San Ildefonso con los penitentes descalzos entre los copos y con pesadas cruces forma parte de nuestros recuerdos, como que los pasos sean cubiertos o la suspensión de procesiones. Ahora, ya ven, que todo va viento en popa y hasta en esto parece que la crisis nos abandona.
También les indicaba que ciertos pasos tecnológicos han dado aires de cambio a la Pasión. Es como si la Semana Santa se hubiera mudado a los aparatos para dejar las calles, el fervor y el recogimiento. Incluso la música tan identificativa de los cortejos procesionales cambia por los tonos o politonos. Les cuento esto porque supongo que desconocen que existe una guía de apps turísticas, donde, te ciscas lorito, viene de todo para estos días, para que usted y yo vivamos unas fechas plenas de modernidad.
Elaborada por un ministerio –la cosa es solemne, entonces–, el listado contiene aplicaciones con información sobre hermandades, cofradías, recorridos y horarios que son un primor. Algunas tienen nombre muy significativo, como ‘iCofrade’ o ‘Paso a Paso’, deduzco que para que no nos despistemos y no nos encaminemos por lugares pecaminosos o por otro tipo de pasiones más propias de este mundo.
Esto ha cambiado, aunque existe algo que aún permanece inalterable, además del miedo de los niños a los capuchones: la vuelta estos días al mundo rural. Y ahí sí que se imponen la Semana Santa de aguardiente y chapas. Por Dios.

Temas

Sobre el autor

Jaime Rojas, delegado de El Norte de Castilla en Segovia, nos contará, todos los domingos, la crónica social de Segovia, capital y provincia.


abril 2015
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930