Después de enviarme el pasado 27 de abril un correo muy breve de agradecimiento por haber publicado su texto en la entrada anterior, el profesor Parra Luna no me ha comunicado que tenga intención de hacer una réplica argumentada sobre los errores lógicos que hay en el planteamiento de su estudio. Estos errores los he comentado y explicado de modo un poco más extenso, y con cierta ironía, en el ensayito Don Quijote en un lugar “científico” de La Mancha (2015).
Cervantes, como todos sabemos, creó en su novela un inmenso fresco de la vida y la naturaleza humanas. Afortunadamente la crítica a los libros de caballerías no la hizo en tono ni estilo académicos, ¡menudo plomo hubiese sido El Quijote! sino en un divertido tono humorístico. Uno de los últimos que lo ha elogiado es el escritor Eduardo Mendoza al recibir, precisamente, el Premio Cervantes en la muy académica Universidad de Alcalá. El enigmático comienzo de la narración cervantina en relación al pueblo de Don Quijote bien puede entenderse como la primera certera pincelada de un lienzo genial.
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