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Pásame el mando

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Diez claves de por qué nos gusta tanto 'El tiempo entre costuras'

 

Antena 3 ha conseguido aupar hasta lo más alto de los ranking de audiencia la historia de la modista Sira Quiroga y sus emocionantes aventuras y desventuras entre Madrid, Tetuán y Lisboa. ‘El tiempo entre costuras’, basada en la novela de María Dueñas, llega hoy a su fin con cinco millones de espectadores a sus espaldas y una cuota de pantalla del 25,5%. Pero, ¿cómo ha conseguido esta serie de tan solo once capítulos arrasar en las parrillas televisivas españolas y entusiasmar a otras extranjeras, que ya se han interesado por una posible adaptación de la serie protagonizada por Adriana Ugarte? Analizamos aquí diez claves del éxito de la que es ya la historia del año.

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1-Una historia fascinante, repleta de amor, desamor, aventuras, viajes, espías, peligros… ¡Cómo no iba a enganchar este torrente de sentimientos que envuelven la vida de esta joven modista que, arrastrada por su amor hacia un hombre, abandona Madrid pocos meses antes del estallido de la Guerra Civil para instalarse en Tánger! Como en el periodismo, una buena historia es el 90% del éxito. Y, la de Sira Quiroga, es perfecta. La culpable es, sin duda, María Dueñas, autora de la novela. No suele ocurrir, pero en este caso la escritora está muy satisfecha por cómo se ha materializado en la pantalla la esencia de su obra. La calidad de sus capítulos se refleja en las escenas y diálogos de la serie atrapando poco a poco al espectador.

2-Un toque de nostalgia. La melancolía nunca pasa de moda (de esto saben mucho los autores del blog Yo fui a EGB, que se ha convertido en otro fenómeno viral rememorando, series, canciones y objetos de los 80) y, en este caso, la nostalgia ha enganchado a gran parte de sus seguidores. Son muchos los que viendo sus capítulos han recordado a sus abuelas o a sus madres cosiendo y zurciendo junto a la ventana. Incluso, se ha aumentado un 125% la venta de máquinas de coser desde que comenzó la serie. La historia también relata hechos históricos reales, como la guerra civil, la presencia española en el norte de África, el Madrid de los años 40, o la enemistad entre alemanes e ingleses.  Las historias de personajes reales como Rosalinda Fox, Juan Luis Beigbeder, Alan Hillgarth o Serrano Suñer se entremezclan con los ficticios, como el de la propia Sira Quiroga o el de su amado Marcus Logan (inspirado, según la autora, en el gran Gary Cooper).

3-Una perfecta selección de actores. El reparto de El tiempo entre costuras es excepcional. Desde la propia Adriana Ugarte, que borda (nunca mejor dicho) el papel de Sira Quiroga; hasta su madre, la vallisoletana Elvira Mínguez (espléndida y sobria); pasando por María Carmen Sánchez (la buena de Candelaria), el comisario protector Francesc Garrido, o el irreconocible Tristán Ulloa en el papel de Juan Luis Beigbeder. Mención aparte hay que hacer a los actores portugueses Joao Lagarto (el inagotable chofer Joao) o Filipe Duarte (como el malísimo Manuel da Silva). En total, 135 actores y 1.500 figurantes. Casi nada.

4-La banda sonora. La banda sonora ha sido creada por César Benito, nominado a los Premios del Círculo de escritores Cinematográficos en el 2011 y ganador del premio al mejor compositor orquestal en el 2007 en el Garden State Film Festival. El encargado del sonido es Iván Marín, dos veces nominado a los Premios Goya; y James Muñoz, nominado en seis ocasiones al Premio Goya y ganador en el 2011 por ‘Buried’, es el responsable de la edición y las mezclas de la serie. Juntos han conseguido que la música de ‘El tiempo entre costuras’ sea clave para entender el éxito de la serie.

5-Localizaciones espectaculares. La serie se ha rodado en Marruecos, España y Portugal, siguiendo fielmente los viajes de Sira Quiroga en el libro de María Dueñas. Siete meses de grabación, en más de 100 localizaciones de España (Toledo, El Fuerte de San Francisco en Guadalajara, y Madrid), Marruecos (Tánger y Tetuán) y Portugal (Lisboa, Cascais y Estoril), han convertido a esta serie en un regalo para los sentidos. Es imposible ver la serie y no desear planear un viajecito a algunas de estas bellas localizaciones. La ambientación también es uno de los puntos fuertes de la serie, por lo que se crearon 254 decorados para representar las aventuras de la modista madrileña.

 

6-El vestuario. Una modista que llega a ser una diseñadora de prestigio tiene que lucir mejor que nadie. La evolución de Sira, su crecimiento personal, se refleja en su ropa. Sencilla y recatada en los primeros episodios, va ganando en estilo y sofisticación a medida que transcurren los capítulos. Bina Daigeler, nominada cuatro veces a los Premios Goya, es la responsable del vestuario. Para ‘El tiempo entre costuras’ ha sido necesario confeccionar 400 trajes a medida y alquilar unos 1.500. De hecho, la mayoría de las piezas que han lucido los personajes son diseños exclusivos para la serie. Solo Sira se ha cambiado de vestido hasta 20 veces por capítulo. ¡Menudo armario tiene que tener esta modista!

7-Sabor a Hollywood. Es inevitable recordar a las grandes actrices del Hollywood de los años 30, 40 y 50 cuando Sira Quiroga, transformada en la sofisticada Aris Agotiuq sale a escena con sus peinados de ondas al agua, su caída de cejas, su mirada penetrante y sus sombreros de ala. Los clubs, los bailes, el esmoquin de los hombres… Todo recrea un ambiente hollywoodiense en el que Sira mueve sus caderas (y vaya si las mueve) como toda una ‘femme fatale’ de la época.

8-La iluminación. En ‘El tiempo entre costuras’ la luz es un componente primordial. Los paseos de Sira junto al mar, los colores de Marruecos, los claroscuros de los interiores, las calles de Lisboa…  En esta serie el tiempo parece pararse y, en ocasiones, sus escenas también. La cámara se recrea con parsimonia en la mirada de Adriana, o en los bellos paisajes o en los acertados decorados. Todo muy cuidado, con mucho mimo, casi, casi artesanal. Así explica el truco el director de fotografía, Juan Molina: “Pudimos rodar con alexas que son cámaras con un sensor de 35 que permite utilizar óptica de cine. Parece cine pero rodado con cámaras digitales”.

9-La campaña de marketing. Anuncios hasta en la sopa. Semanas de spots previos a su emisión prepararon al público para ver ‘La historia que ha cautivado a millones de personas en todo el mundo’. Antes de emitir el primer capítulo, ya era un fenómeno televisivo. Una campaña en redes sociales, un portal web y capítulos especiales con lo mejor de la serie, entrevistas exclusivas y curiosidades han ayudado a que ‘El tiempo entre costuras’ cautive, de veras, a millones de espectadores.

10-Detalles y curiosidades. Los once capítulos de El tiempo entre costuras esconden detalles y curiosidades como:

-Las manos de Sira: Aunque Adriana Ugarte aprendió a coser de niña (le enseñó su abuela), en algunos planos se utilizó las manos de una doble para las labores de costura más complicadas.

– La serie ha sido catalogada como uno de los estrenos de ficción mundial más destacados del año por la prestigiosa agencia ‘The Wit’.

-La humilde y vergonzosa Jamila está interpretada por Alba Flores, hija del fallecido Antonio Flores.

-No es fácil reconocer a Tristán Ulloa en el personaje de Beigbeder, destacado militar franquista que llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores. Él mismo reconoce que se sorprendió la primera vez que le caracterizaron. Incluso subió una foto suya a Twitter con el título “Os presento a Juan Luis Beigbeder”.

-El guapo actor cubano Rubén Cortada tuvo que ser doblado para interpretar al atractivo Ramiro Arribas. Esto, tal vez, hace chirriar un poco al personaje, uno de los ‘ganchos’ de la serie aunque solo nos dure dos capítulos.

-Joao Lagarto, que interpreta al chofer Joao, estaba rodando a la vez otra película en la que no podía lucir con bigote. Por ello, cada día que tenía que rodar ‘El tiempo entre costuras’ le colocaban un bigote pelo a pelo. Tardaban cuarenta y cinco minutos en dejarlo perfecto.

-La escena de Aris cruzando la plaza del Comercio de Lisboa en el coche de Joao es real. En esta plaza está prohibido desde hace años el tránsito de coches, pero permitieron a los responsables de la serie hacerlo. Eso sí, un domingo a las siete de la mañana. Otros decorados de Lisboa sí que fueron retocados por ordenador para evitar los anacronismos con la época en la que transcurría la historia.

-Tanto la salida de Aris de Madrid como su llegada a la estación de Lisboa se grabó en el Museo del Ferrocarril de Madrid. Para conseguir el ambiente de la época, y evitar el traslado de los trenes más modernos que se custodian en ese Museo, se optó por jugar con el humo.

-La secuencia de las pistolas fue rodada con pistolas de verdad, con excepción de dos que eran de madera. Esta era la primera misión de Sira Quiroga.

 

Besa mi brillante culo metálico.- Bender (Futurama)

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