>

Blogs

Roberto Carbajal

La aventura humana

Un país sin fe

Deberíamos dar saltos de alegría por vivir en España. No porque nademos en la abundancia, ni por padecer a dirigentes políticos que piensan más en las elecciones que en las próximas generaciones; ni siquiera porque los españoles seamos la mejor gente del mundo. No. Debemos alegrarnos de habitar un lugar con unas enormes posibilidades, pero que ha caído en las manos equivocadas. Si nos sentáramos de vez en cuando a reflexionar, veríamos que nuestro país es codiciado por otros gracias a la enorme riqueza potencial que atesoramos. Es solo que no sabemos apreciarlo y tienen que venir del extranjero a decirnos qué somos y qué podríamos ser si confiáramos en nosotros mismos.

Hace un mes, el embajador de Israel en España, Alon Bar, acudió a un acto organizado por la Cámara de Comercio de Burgos. Ante los empresarios, el diplomático les habló precisamente del potencial de nuestro país. Vino a decir que no sabemos lo que tenemos, y tiene toda la razón: España está aún por explotar. Los israelíes, que son unos linces para los negocios, tomaron un barrizal y unas cuantas dunas y crearon un Estado ilusionante, tecnológicamente avanzado y con un plan. No hay más que echarle un vistazo a la fundación de la ciudad de Tel Aviv para darse cuenta de lo anterior: sobre una duna rodeada de nada, un grupo de judíos declararon esta va a ser una ciudad, y se pusieron manos a la obra. Imaginen lo que podrían hacer con un país como el nuestro (si nos dejáramos conquistar, claro, que no es el caso). Nos otros preferimos que nos colonicen los americanos, que han llenado este país de jéniffers, kévines y demás familia, y donde la cadena de mayor audiencia es Telecinco. Con eso ya está dicho todo. Los agricultores españoles sólo hacen que llorar; en otras naciones siembran, recogen, envasan y comercializan sus propios productos. Es un simple ejemplo, pero podríamos comenzar y no terminar en un siglo. La triste realidad es que no tenemos fe en nosotros, tal vez porque nos la han arrancado o porque somos demasiado pusilánimes.
 
Publicado en El Norte de Castilla el 25 de marzo de 2015

Temas

Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


marzo 2015
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031