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Roberto Carbajal

La aventura humana

Rajoy el impertinente

No sé qué asusta más de Mariano Rajoy: si su inquietante frivolidad o la ignorancia que destilan sus palabras. Lo demuestra cada vez que habla y se constata que vive en un universo que no es el nuestro. El presidente del Gobierno ha prevenido a los ciudadanos. Ha dicho que, ahora que las cosas van mejor, se abre un tiempo nuevo en el que todos debemos ahorrar para el futuro, puesto que los sueldos han subido, se está creando empleo y el país va como un tiro. Su discurso asoló cualquier esperanza. Sí, aseguró que los sueldos son más altos, lo que da margen para que destinemos una cantidad para imprevistos, tales como la educación de los hijos (es decir, para inscribirlos en la universidad). También se refirió de forma velada a esos problemillas que pueden surgir, como guardar algo de dinero para pagarnos la pensión y otros asuntos que puedan aquejarnos, como una enfermedad. Su comparecencia de aquel día dejó a la gente perpleja. Directamente, el jefe del Gobierno estaba diciéndoles a los españoles que su pensión estaba en el aire, que las becas para que sus hijos cursasen estudios superiores iban poco menos que a ser testimoniales y que el seguro médico universal estaba abocado al fracaso. Este es el hombre que pretende repetir como candidato a la presidencia del Ejecutivo dentro de dos años. Asegura el bueno de Rajoy que se encuentra con fuerzas para repetir. Lo comprendemos: viviendo en ese mundo tan suyo, es lógico que se presente como el candidato ideal. Su máxima es que los problemas se resuelven solos. Su discurso catastrofista dejó a la gente helada. Él tiene el futuro asegurado, pase lo que pase con su carrera política. El cataclismo es que deje a los españoles a los pies de los caballos. Hasta los votantes del PP quieren su cabeza y que el partido se renueve. Están asustados con el imparable ascenso de Ciudadanos y claman por un recambio. Este hombre tiene paralizada la sangre de nuestro país, devorado por la corrupción, y no busca soluciones a los males que nos aquejan. Su cara es un mal cartel electoral y una carga para España.

Publicado en El Norte de Castilla el 14 de febrero de 2018

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Sobre el autor

Tenía siete meses cuando asesinaron a John F. Kennedy. De niño me sentaba en los parques a observar a la gente, pero cuando crecí ya no me hacía tanta gracia lo que veía. Escribo artículos de opinión en El Norte desde 2002, y críticas musicales clásicas desde 1996. Amo la música, aunque mi piano piense lo contrario. Me gusta cocinar; es decir, soy un esclavo. Un esclavo judío a vuestro servicio.


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