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Tierra Paralímpica

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Marta Arce, una apuesta segura

· La judoca vallisoletana busca el oro en Londres, en los que presumiblemente serán sus últimos Juegos Paralímpicos

· La deportista con discapacidad visual acumula en su palmarés dos medallas de plata logradas en Atenas 2004 y Pekín 2008 en la categoría de 63 kilogramos

David F. Atienzar |

Si alguien le hubiese dicho a Marta Arce cuando comenzó a competir que se convertiría en subcampeona paralímpica dos veces consecutivas, simplemente se hubiera reído. Esta veterana de 35 años empezó a practicar judo durante su etapa universitaria, ya con 19 años, una edad bastante tardía para iniciarse en el mundo del deporte. Sin embargo, pronto consiguió su primera victoria. Fue en el Campeonato de Europa de 1997, donde se alzó con un triunfo «caído del cielo», como ella misma admite.

Después, éxito tras éxito, la leyenda de la judoca vallisoletana fue creciendo hasta convertirse en la gran favorita para alzarse con la medalla de oro en los próximos Juegos Paralímpicos de Londres. Una apuesta segura.

El judo, una de las pocas disciplinas paralímpicas no específicas en la que únicamente se disputa la modalidad de discapacidad visual, se divide en tres categorías: B1, B2 y B3. En esta última competirá la judoca cinturón negro e intentará superar las sendas platas conseguidas en la categoría de 63 kilogramos de las dos anteriores citas paralímpicas. No en vano, mientras las contrincantes con las que se ha ido topando a lo largo de su historia deportiva van cambiando, ella se mantiene impertérrita, competición tras competición. Hecho que la convierte en la principal candidata para conseguir el ansiado título.

Pero Marta aún tiene más mérito. Compagina sus entrenamientos diarios y su trabajo como fisioterapeuta en un centro de día de Madrid con su papel de madre, un esfuerzo realmente digno de elogio. Además, cuenta con el honor de inaugurar la disciplina de este deporte de contacto en unas Paralimpiadas en su vertiente femenina, ya que se incorporó en los Juegos de Atenas de 2004. Y no lo hizo nada mal, consiguió subirse al segundo cajón del podio. Puesto que repitió en Pekín en 2008, en una final en la que la venezolana Naomi Soazo la sorprendió con un ippon que la dejó fuera de combate en tan solo tres segundos.

Con esta espinita clavada, Marta Arce ha venido entrenando durante los últimos cuatro años para darle la vuelta a la historia y conseguir el oro que por justicia merece.

Castilla y León rumbo a Río de Janeiro

Sobre el autor

Juan J. López, periodista especializado en Deporte Adaptado de Castilla y León. En clave paralímpica