“No me importa si no me quieres. Yo te querré igualmente”
“Tengo un secreto que contarte: márchate de aquí y ven conmigo”
“No merece la pena esperar. No hay esperanza”
“El amor es una cuestión de oportunidad. No sirve de nada conocer a la persona ideal demasiado pronto o demasiado tarde”
“Cuídate, quizás algún día escapes de tu pasado. Si es así, búscame”
“Las lágrimas son huellas de recuerdos”
“El párrafo 201 de la Guía de pasajeros advierte que el área 1224-1225 es especialmente fría, por lo que la calefacción del tren no está suficientemente alta. Se advierte a los pasajeros que se abracen unos a otros para mantener el calor”
Todas son frases de cierta película que me acabo de meter en vena. Un abrazo fraternal o un beso ad-lib con lengua revoltosa y labios swarovski (dependiendo de los casos y de las circunstancias) para quien adivine el título de la película. Mientras tanto, voy a escapar del inocente dolor de los espejos, voy a llamar a las burbujas comunicantes del recuerdo, voy a ver cómo desfilan quimeras y peces de colores. En fin, que voy a columpiarme un ratito con la banda sonora. Por aquí nos vemos.