Publicado en El Norte de Castilla el 26 de junio de 2015

A lo mejor les están criticando por encima de sus posibilidades. Que no pasa nada, oiga, aunque estaría bien darles un poquito de margen antes de lanzarse a la yugular. Eso sí, en caso de hacerlo mal, en las próximas elecciones, puerta y que pasen los siguientes. Hasta Irene Villa, víctima de uno de los lamentables tweets que ha indignado a la caverna mediática, comenta que lo que de verdad le duele en el alma son “los insultos, las amenazas que están sufriendo los propios políticos que, sin haber empezado apenas su labor, son ultrajados de una forma tan antihumanitaria, injusta e incluso demente”. ¿Qué más se puede decir? Aunque, chico, viendo como han empezado estos bolivarianos peligrosos, sus tweets escolares llenos de odio, eso de bajarse el sueldo, ir en bici o en metro, lo de intentar solucionar el tema de los desahucios, garantizar derechos sociales, reducir al mínimo los coches oficiales, controlar dietas, paralizar externalizaciones, realizar auditorías, todo eso de menos asesores y más comedores escolares, qué vergüenza, oiga. De verdad, esto no es serio, no se corresponde con nuestra marca España que tanto nos cuesta dar lustre, lo de la Gürtel, los ERE fraudulentos, Noos y Palma Arena, los casos Pokémon, Conde Roa, Baltar, ITV, Clotilde, Palau, Pretoria, Brugal, Fabra, Unió Mallorquina, Andratx, Malaya, Minutas, Caja Castilla La Mancha, Bankia, Edu (cursos de formación), Pujol, Mercasevilla, y tantos y tantos escándalos, desfalcos y latrocinios. Ese mundillo tan de Torrente, de mariscadas, copas, viajes, regalos y trajes al que ya nos habíamos acostumbrado. Llama la atención, desde luego, que los mismos que han tenido unas tragaderas más grandes que el Cañón del Colorado ahora se rasguen las vestiduras por nimiedades. Y es que cuando el dinosaurio despertó, el núcleo irradiador seguía tocando los coquitos. Aquí errejoneamos todos o todos nos vamos a la playa. Qué hartazgo. Menos mal que el verano ya está aquí. Además no les falta razón porque llevan ya un mes y todavía no han quemado iglesias ni han violado monjas. Va a ser verdad que estos radicales populistas no son de fiar.