Forma parte de un libro muy especial que me regalaron hace poco. Nada más y nada menos que un volumen que contiene tres novelas de Alejandro Dumas; un libro, y esto es lo bueno, que es una primera edición del año 1861. Una joya bibliográfica única, con preciosos grabados y una bella encuadernación en tela gofrada en adornos de oro. ¿Alguien da más? Mi primera lectura ha sido “El salteador”, una obra de tema español que me interesaba mucho leer por cuestiones que ahora no vienen a cuento y que, si no estoy confundido, sólo se ha traducido al castellano tres veces. Una primera el año 1858, cuatro años después de la publicación original en Francia. Una segunda, que es la de esta edición conjunta de tres novelas de Dumas en 1861. Y una curiosa tercera edición, “El bandido de Sierra Nevada”,  a cargo de la Caja de Ahorros de Granada (con caprichoso cambio de título cuando, precisamente, Dumas había titulado su novela en español).

En 1519, don Iñigo acude a Granada para unirse al recientemente proclamado rey de España el joven Carlos I. Le acompaña su bella hija, doña Flor y en el camino son asaltados por unos bandoleros. Su líder, al que todo el mundo conoce como “El salteador” les pone en libertad comportándose como un auténtico caballero. Pronto conocemos que “El salteador” es hijo de un importante y poderoso noble español. No será esta la única sorpresa. Por el medio aparecerá la figura de una gitanilla, Inés, que es en realidad hermanastra del rey y que intercederá ante él para que “El salteador” sea perdonado. Cuando finalmente parece que es así, “El salteador”, ahora don Fernando, se bate en duelo con un amigo de toda la vida por el amor de doña Flor. En el duelo ocurrirá algo muy grave que el joven rey deberá juzgar…

“El salteador” es un Dumas menor pero se deja leer con agrado. Se trata de una novela con bastantes altibajos que resulta curiosa por, sobretodo, ambientarse en España y en un período muy concreto, el de los días previos a la coronación como emperador del joven rey Carlos de España. Lo mejor, sin duda, la ambientación en Sierra Morena, con el doble peligro de aquellas tierras inhóspitas, el de por un lado hacerse pedazos rodando a un precipicio y el de, por otro, perecer alevosamente a manos de un bandido. Lo peor, la poca empatía que presenta el protagonista, un personaje del que yo esperaba mucho más. En fin, ahora habrá que ir a por “Black” y a por “El capitán Richard”. Eso será próximamente, si Silver Kane, Debrigode y Sherlock Holmes no lo impiden.