El tiempo entre costuras
María Dueñas
Planeta, Madrid, 2009
Muy en la línea de la novela actual: protagonista cosmopolita. La historia se desarrolla en el Madrid anterior a la guerra civil, en el Marruecos colonial –más concretamente en Tetuán y Tánger-, en el Madrid de la posguerra y en Lisboa. Los personajes de corte histórico pertenecen al alto estamento militar, muy próximos al Caudillo.
Nunca pudiera haber imaginado de conductas “poco convencionales”. Y también extranjeros: principalmente alemanes, ingleses y portugueses. La autora presenta una bibliografía de libros históricos en los que parece haber buscado la inspiración. Así personajes como Rosita Fox y los militares pertenecen a la historia. Los tejemanejes de los aliados y de los nazis en la segunda guerra mundial, para implicar a España o bien para mantenerla alejada del conflicto constituyen el marco en el que se desarrolla la novela.
Sira, la protagonista, modista de profesión y mujer abandonada de vocación, se convierte en una espía con todos los peligros que esa misión conlleva. El final de la novela fue querido por la autora como un final abierto, con varias opciones; quizás para recordar al lector que no es otra cosa, su novela, que una creación literaria. Entre los personajes “amables” con la protagonista encontramos a un joven “ambiguo” que por ser hombre y participar de actitudes femeninas se convertirá en el confidente y consejero de la protagonista llegada a Tetuán y por lo tanto desconocedora de los entresijos sociales. Igualmente ayudarán a Sira la “posadera” y la criada de la pensión a la que llega una Sira abandonada, desposeída y flaca de salud. Todos estos personajes provenientes de las capas sociales bajas aportan una expresividad acorde con su situación social. De todos modos, la principal ayuda de Sira será sus propias ganas de superarse, de luchar por superar los condicionamientos con los que el egoísmo ajeno la limita. Y consigue sus metas, una a una.
La trama resulta entretenida al lector y razonablemente “posible”. Lo mejor es que con facilidad introduce al lector en el entramado de vicisitudes de la protagonista y provoca el deseo de conocer el final de tanta situación convulsa y peligrosa. Ofrece al lector un panorama de la situación histórica, social y económica de la España de la mitad del siglo XX. Y por entonces –desde 1922 hasta 1956– Marruecos también era España. Los personajes mantienen una línea de conducta limitadas por las posibilidades económicas. Los ideales, si es que los hay, se podrían agrupar en torno a la “bondad” en la defensa de los ideales políticos de la democracia y por lo tanto en contra de la dictadura militar y por supuesto en contra de los países de Eje, de inspiración nazi. La amistad que surgirá entre Sira y Rosalinda Fox o la de Sira y Marcus Logan, el espía británico, estarán encuadradas por ese convencionalismo político. En las demás relaciones tendrá cabida la traición y la deslealtad, el doble juego. Todo es relativo.