Shilpi Somaya Gowda
Traducción de Dolores Posada Mañé
Barcelona, Planeta, 2012, 421 págs.
Kativa, una joven esposa hindú, da a luz a su primera hija y Jasu, el joven esposo, al comprobar que es una niña, se la quita de los brazos y se la entrega a un primo para que le quite la vida y la entierre.
La imagen del primo con la pala en la mano, tras haber cometido el infanticidio, perseguirá a Jasu toda su vida.
El segundo parto de Kativa se resuelve con el nacimiento de otra niña. Esta vez Kativa no se deja arrebatar la criatura y consigue viajar hasta Mombai –Bombay- donde la entrega en un orfanato.
Shilpi Somaya Gowda escribe la historia de una pareja joven y pobre que en 1984 se ve empujada por las circunstancias económico- sociales a elegir un hijo varón y las consecuencias que sufrirán a lo largo de toda su vida por aquella elección.
La novela consiste en la narración de las vidas paralelas de dos parejas. De una ya hemos hablado. La otra pareja vive en los Estados Unidos. Una estudiante de medicina norteamericana se enamora de un compañero hindú y deciden unir sus vidas en matrimonio. Pronto descubrirán que la joven no puede tener hijos. Entonces recurrirán a la adopción en India porque en Bombay, o Mombai, vive la familia del joven hindú.
El amor de esa norteamericana por la niña hindú que llega a sus vidas y el proceso de maduración que sigue la niña hasta asimilar su situación de hija adoptiva llevarán al lector a sopesar las ventajas y los inconvenientes de la adopción.
La niña adoptada se convierte en una joven universitaria y gana una beca de un año para realizar en La India una investigación sobre el barrio de chabolas más grande del mundo y por supuesto, de La India.
En el proceso de maduración de esa joven adoptada tiene mucho que ver las conversaciones con su abuela, la madre de su padre. Esta mujer, de personalidad fuerte y dulce, permite al lector comprender la vida y costumbres de uno de los países más poblados del mundo. El sentido de acogida y protección que toda la familia brinda a la joven adoptada le ayudará igualmente a valorar lo que significa tener una familia aunque no se comparta con ellos el origen biológico.
Para el lector supondrá sin duda la constatación de la universalidad de los sentimientos humanos. En distintas culturas el hombre y la mujer sienten lo mismo: instinto de maternidad, de paternidad, amor y necesidad de diálogo en el matrimonio, protección de la familia, capacidad de entrega y sacrificio sin límites por amor, pesar ante el abandono de un hijo o su asesinato…