Marta Rivera de la Cruz
Booket, Madrid, 2011, 238 págs.
Novela en siete capítulos que comienza con el suicidio de Cristina Sanjuán, una bella joven, en el hotel Almirante, en Ribanova -¿Lugo?-.
En el primer capítulo el lector conoce a la directora del hotel, la joven Rosalía, Lía para los más allegados, a su abuela, a su madre y a sus dos tías, amén de Juan Sebastián Arroyo, jubilado honorable que ejercía de consejero y amigo de la familia y de Marcelo, el librero de Ribanova.
En el segundo capítulo, el lector conoce la familia de Rosalía y su relación con la familia de los Aldao, hidalgos propietarios del palacete en el que terminará ubicándose el Hotel Almirante.
Edmundo Aldao, el primero de la estirpe, visita la fonda de Antonia García de Leal, la abuela de Rosalía. Sus visitas tienen una causa sensual: el disfrute de la comida que allí se prepara. Representan para Edmundo una escapatoria del estricto régimen de comidas que su esposa le impone. La autora, Marta Rivera de la Cruz, consigue que el lector llegue a degustar los sabores de la cocina tradicional gallega.
La relación entre estas dos familias continúa en la siguiente generación, cuando uno de los hijos de Edmundo Aldao se prenda y casa con una de las hijas de Antonia Leal. Ambos parten en viaje de novios por distintas capitales europeas. Este viaje supone para la Rosa Leal un descubrimiento del mundo sofisticado que reina en los grandes hoteles europeos y de su cocina.
Al poco de su regreso, el esposo muere y Rosa torna a la pensión de su madre con un bagaje extraordinario de cultura culinaria del que poco a poco dará cuenta en familia. Rosa hereda de su difunto marido el palacete de los Aldao y Antonia Leal decide abrir en él, el primer hotel de categoría europea en la remota ciudad de Ribanova, el 22 de diciembre de 1924. Otra de las hijas de Antonia Leal había quedado embarazada y fue abandonada por el novio y padre de la criatura. Así la familia Leal compuesta por la abuela viuda y sus tres hijas se vio aumentada con la llegada de Rosalía.
Por su parte, Edmundo Aldao tuvo tres hijos. Rómulo, el primogénito y padre de Cándido, heredó el palacete construido por Edmundo Aldao. Cándido después casó con Rosa Leal. Los otros dos hijos de Edmundo Aldao, Aurelio y Marco Antonio, odiaban a la familia Leal no solo por el matrimonio desigual entre Rosa Leal y Cándido Aldao, sino también por haber heredado el palacete de resultas de ese matrimonio. Aurelio intentó la compra del mismo en dos ocasiones y ante la negativa de Antonia Leal intentó que el negocio del Hotel Almirante fracasase.
Intento fallido. Y así el lector asiste al suicidio de Cristina Sanjuán, una joven hermosa que desengañada y dolida por la negativa del hijo de Aurelio Aldao, Javier Aldao, decide suicidarse en el Hotel Almirante y dejar una nota manuscrita así como una carta para el periódico local en el que culpa públicamente de su suicidio a Javier Aldao. La policía pide al joven que acuda desde Madrid para identificar a Cristina Sanjuán.
El nudo de la novela lo constituye precisamente la reacción de crítica y rechazo hacia Javier Aldao por parte de la pequeña ciudad de Ribanova. El heredero de Aurelio Aldao, enfrentado a su padre políticamente a causa del conflicto armado vivido en España, ansía la reconciliación y trata de aprovechar la visita con este propósito; aunque, de momento, se ha hospedado en el Hotel Almirante.
Su relación con la directora del Hotel, la nieta de Antonia García Leal, Rosalía Leal, ocupa los otros cinco capítulos de la novela. El tiempo escogido por la autora para desarrollar esta relación de amor-odio entre las dos familias abarca pues tres generaciones. El tiempo en el que se desenvuelve la relación entre Rosalía Leal y Javier Aldao comienza con el suicidio de Cristina Sanjuán, justo con el comienzo del Adviento, marcado por el cambio en el escaparate de la pastelería Pelayo y la decoración del Hotel Almirante con el árbol de navidad. El final de la novela, que no del relato, es el 22 de diciembre cuando Javier Aldao da por concluida su visita a Ribanova. El final queda abierto a la interpretación del lector.
Novela muy bien escrita: la autora consigue un buen ritmo entre las descripciones y los recuerdos de las dos familias y el momento actual, el suicidio de Cristina Sanjuán.
En el trasfondo el lector intuye los momentos más importantes de la política española del siglo XX: reinado de Alfonso XIII, dictadura de Miguel Privo de Rivera, segunda República y la Guerra Civil del 36 al 39. En contraste con toda esta situación, la vida en el Hotel Almirante que mantiene una situación de sensualidad, de gusto por lo exquisito, sobre todo en el disfrute de los sabores culinarios.
Las relaciones humanas entre los miembros de la familia Leal y los amigos próximos constituyen el soporte ideal para una convivencia en buena armonía capaz de superar los conflictos más inesperados generados dentro y fuera de la pequeña ciudad de Ribanova.
Me ha encantado.