>

Blogs

Beatriz

CampoGrande "club de lectura"

Los amigos, de Kazumi Yumoto

   Los amigos

   Kazumi Yumoto

   Traducción de José Pazo Espinosa

   Nocturna, Madrid, 2015, 210 págs.

 

Primera novela de Kazumi Yumoto, nacida en Tokio en 1959. La primera edición en japonés se publicó en 1992, cuando contaba 33 años.

Tres niños japoneses de sexto de primaria, Kawabe, Tamashita y el protagonista, Kiyama, desvelan al lector las primeras experiencias trascendentales en su corta vida.

Kiyama es el alter ego de la autora.

Cada uno de los niños, a través de sus diálogos con Kiyama, el protagonista, o con el resto de los personajes, nos relata el ambiente de su casa. Comprendemos en cierta medida sus reacciones, una vez conocida su procedencia. Así,  Ymashita, es hijo del pescadero. No es muy bueno en la escuela ni en la academia pero todo se soluciona porque podrá trabajar en el negocio familiar. Es bastante gordo y juega de portero pues no corre mucho y sufre por su torpeza.

Kawabe, es ágil en el juego y con la palabra. Es imaginativo. Pero también debe soportar un sufrimiento: su padre abandonó a su madre y a él y posteriormente formó otra familia. Ese abandono se traduce en inseguridad personal. Usa gafas.

Kiyama vive con sus padres. El padre trabaja demasiado y su madre se siente en cierta medida abandonada: tal vez por eso, su madre frecuentemente bebe mucho alcohol. Kiyama es el líder interior del grupo. Los otros dos se apoyan en él en los momentos de dificultad o de miedo. El también sufre por su tamaño. Se siente desproporcionado y desgarbado por su excesiva altura.

El relato comienza con la muerte de la abuela de Kawabe. El niño asiste a los ritos de enterramiento de su abuela pero no llega a verla después de fallecida.

 Ante el fallecimiento de la abuela de Kawabe, los tres amigos se plantean el problema de “el más allá”, hasta entonces ajeno a su pensamiento. Uno de los padres asegura que no existe nada después de la muerte.

De algún modo, los tres niños se enteran de la existencia de un vecino anciano, gravemente enfermo, y deciden espiarle en todos sus ratos libres para descubrir la muerte y sus circunstancias.

El anciano, un militar que participó en alguna de las guerras del siglo XX entre Japón y China, vive retirado sus últimos días, en una casa vieja y sucia. Ellos le siguen en sus escasas salidas al supermercado en busca de comida. Y luego observan que la comida se pudre sin que él la ingiera. Deciden tirar las bolsas con alimentos putrefactos al contenedor para evitar respirar el aire infecto en sus momentos de espionaje.

Poco a poco empiezan a frecuentar la amistad del anciano, gravemente enfermo, y le preguntan sobre su vida pasada y la razón de su soledad. Así descubren que es un excombatiente y que estuvo casado antes de ir a la guerra. Las experiencias de la guerra hicieron que regresase escondido y que le dieran por muerto.

Los niños investigan los datos que el anciano les dio en sus conversaciones y tratan de encontrar a la esposa que el excombatiente dejó abandonada después de la guerra. Se relacionan con dos mujeres que se corresponden con los datos que el anciano les facilitó, sin esperanza alguna de dar con ella.

Ayudan al anciano deprimido y, no solo le limpian de hierbas el jardín, lo siembran de flores, le ayudan a tender la ropa que el anciano lava, le sacan la basura…, también investigan y dan con la esposa del soldado japonés, quien a la sazón está internada en un psiquiátrico.

Una semana antes de terminar las vacaciones de verano, los niños se van a otra isla, en una especie de campamento de fútbol. De hecho es la casa del entrenador.

El problema de la existencia de un mundo trascendente continúa rondándoles la cabeza. Hablan de las tradiciones orales y escritas de seres no reales y su importancia en la cultura popular.

Durante el campamento se pelean y descubren que son capaces de defenderse y que ya no sienten los temores de la indefensión de la infancia.

A su regreso del campamento, los niños encuentran al anciano  fallecido en la soledad de su pequeña y vieja casa. A partir de ese momento se dan cuenta de que se sienten más seguros si continúan en una especie de diálogo interior contándole sus problemas como hacían en vida, cuando escuchaban sus consejos.

La muerte no puede acabar con la amistad. El relato está entretejido de detalles de esa cálida amistad con el anciano.

Temas


enero 2016
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031