Publicado en El Norte de Castilla del 25 de enero
ESTA vez la Academia de Hollywood no ha considerado conveniente poner a Pedro Almodóvar en la situación de volver a ganar el Oscar. En vez de eso, la parte alícuota del cine español en las quinielas -coproducciones aparte- estará representada por una actriz candidata a ser la mejor entre las actrices principales. Penélope Cruz tiene ganado ya el honor de ser la primera española en esta competición. Con lo bien que quedan las primeras veces en las estadísticas.
La madrileña lo tiene difícil. Más que nada porque este año hay entre las candidaturas uno de esos trabajos que consiguen la rara unanimidad entre la crítica y los espectadores de a pie. Helen Mirren ha puesto sobre la mesa de los académicos esa extraordinaria escuela de interpretación que es el teatro británico, del que tanto todos deberían seguir aprendiendo. Independientemente de la estupenda caracterización, Mirren es en ‘The Queen’ la auténtica reina y todo gira alrededor de su voz, de sus gestos, de su presencia. Lástima que aquí la película se vea doblada porque se pierde más de la mitad de su interpretación.
Pero, volviendo a Penélope, su candidatura es en realidad un premio indirecto a Pedro Almodóvar, el verdadero artífice de que esta actriz haya pegado el salto de ser una más en el pelotón de actrices con ciertas posibilidades a figurar en la nómina de las estrellas. Entre las muchas virtudes que podemos reconocerle al artífice de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ está una que escasea entre nuestros realizadores: el ser un magnífico director de actores. Es más, se podría decir un magnífico director de actrices, dada su predilección por las historias en femenino. Ser llamada por el director manchego ha sido para muchas intérpretes españolas el verdadero premio a su esfuerzo. Unas veces porque ha supuesto su consagración definitiva, otras porque las ha rescatado de un olvido injusto y les ha dado el papel de su vida y en otras -y este es el caso que nos ocupa- porque ha sabido sacar lo mejor de una materia prima que en principio no anunciaba tan buenos resultados.
Carmen Maura, Cecilia Roth, Chus Lampreave, Marisa Paredes, Julieta Serrano eran grandes actrices antes de que Almodóvar se fijara en ellas. Pero hoy mucha gente lo sabe gracias a él. Otras le deben en buena medida lo que son y entre ellas está Penélope Cruz. Creo que de todas las buenas cualidades que le asisten a ‘Volver’ la interpretación de su protagonista no es precisamente lo mejor. Pero ahí está la mano firme de Almodóvar para conducir y sacar partido a la que hoy es, además de una de sus actrices favoritas, su gran amiga.
Esta candidatura es en realidad un premio indirecto para el director de una película que atesora méritos para haber estado entre las que se disputarán el premio. Y si sonara la flauta y Pe llegara a los discursos de agradecimiento, estos deberían tener un destinatario principal. Porque el Oscar en realidad sería prácticamente suyo.