Después de unos días sin poder “colgar” nada aquí por problemas técnicos, vuelvo e incluyo algunas cosas atrasadas que están inmediatamente después de este “post” (las columnas de los jueves de la edición impresa del periódico y un comentario acerca de los desgraciados acontecimientos que están poniendo en peligro la Seminci).
Pero la intención de este comentario es otro. No suelo responder a los comentarios que dejáis en mis posts. No es por desconsideración ni por dejadez. A veces tengo el tiempo tan justo que apenas puedo actualizar el blog. Pero muchas veces me quedo con las ganas de agradeceros los comentarios elogiosos y a los que me animáis a seguir. Lo hago ahora. Gracias. También aprovecho este momento en que me acaban de pasar las cifras de visitas y se han duplicado. No es autobombo. Es que siempre me sorprende que haya alguien al otro lado. Me ocurre con las columnas y mucho más con el blog. Todos son mensajes en una botella arrojados a un mar a veces turbulento. Pero nada más eso. Gracias.