(Publicado en la edición impresa de EL NORTE DE CASTILLA el 24 de abril del 2008)
Leí hace unos días en un diario nacional la reseña de la estancia de Seamus Heaney en España, para participar en el Festival Cosmopoética de Córdoba. Y recordé que durante unos años el nombre del premio Nobel de Literatura de 1995 sonaba en Valladolid como candidato a ser ‘cabeza de cartel’ en alguna edición de Pero lo cierto es que Leo detenidamente el programa de este año y me asalta un temor, que no creo que se deba a un pesimismo injustificado sino a algo así como un ‘dèjá vu’. Este año me faltan esas figuras de referencia internacional. No quiero decir, y lo subrayo, que no haya nombres con suficiente calidad y atractivo. Algunas de ellos ocupan un lugar principal en mis preferencias lectoras. Pero, aparte de las islas, rezuma el programa global una falta de ambición que me parece al menos preocupante. Parecía, en los últimos años, que El programa de la próxima edición destila una sensación de atonía. Y la razón puede estar en algo más que en la ausencia de nombres rutilantes para los que se solía utilizar como excusa el país invitado (En esta ocasión y con mis respetos para los presentes se echa de menos a los grandes del Perú). El asunto es que no se adivina la coherencia en el proyecto, algo como un hilo conductor y la oportunidad que de sentido a la acumulación de nombres. Más bien el programa parece afectado por esa especie de culto al por mayor que se da en todo y por guiños al populismo, no sé si muy justificados. Sabemos lo que cuesta alcanzar un prestigio y un nivel y lo difícil que es mantenerlo.