Me sacudo (breve y momentáneamente) la pereza vacacional para una recomendación cinematográfica. Una recomendación que no una crítica al uso. (No me he desperezado tanto). “Aliento” de Kim Ki Duk. Otra vez el director coreano “nos mata suavmente con su canción”. Capaz de hablar de lo terrible, de lo que se esconde en el fondo del ser humano, sin aspavientos y con la economía de medios a la que nos tiene acostumbrados. Escasos diálogos, ausencia de efectismo, menos retórica. Es el cine de un director que confía en el cine, en el poder de su cine. Imágenes poderosas que nos hacen contener el aliento. Mientras, la historia discurre en aparente ritmo lento contra un tiempo que se sabe escaso.
Merece la pena abrigarse para pasar un rato en un gélido cine veraniego. Nos calienta su historia. La verdad que transmite. Y se le perdona ese jugueteo con lo naif que también esta vez aparece fugazmente.
Ah! Y gracias por proyectar la película en versión original. Algo que debería ser normal y que es tan extraordinario.