Todos los años me suelo perder la gala inaugural porque estoy en el cine. Y la verdad, no suele importarme mucho. Pero esta vez sí lo he sentido. “La más divertida de los últimos años”, era el comentario unánime en el cocktail inaugural. Siempre hay alguien que va más lejos: “la única divertida en toda la historia de la Seminci”. El mago de tanta unanimidad. (Y mira que si hay un sitio donde la unanimidad es una rareza, casi un milagro, es este Festival). Tiene nombre irlandés. O así. Él es Alex O’Dogherty, el actor que se metió al público en el bolsillo a fuerza de no querer parecer gracioso sino de tener gracia. El rap de los patrocinadores quedará como un hito en la historia del Festival. Mientras el personal se lo pasaba en grande yo estaba sufriendo con los personajes de Angelopoulos. Así se escribe la historia, aunque sea la historia pequeñita. Bueno, tuve un premio de consolación. La entrada del susodicho (que por cierto hace de poli municipal ingenuo en la serie de televisión Dr. Mateo y parece imposible que sean el mismo, o sea que es un buen actor) en plan líder de grupo musical a medio camino entre charanga y jazz band confirmò que este chico sabe hacer de todo. Un gran showman. En alguna emisora oí que pedían que presentara la próxima gala de los Goya. Sería mi oportunidad, porque no suelo perdérmela. Lo dicho, Alex O’Dogherty, oiremos más cosas de él.

(En la foto de Gabriel Villamil, Alex’Dogherty, durante la gala)