SOBRE ‘AL NACER EL DÍA’, ‘DE ÓXIDO Y HUESO’ Y ‘THE WORDS
a Sección Oficial de Seminci guardaba una sorpresa final. Una sorpresa excepto para los muy seguidores de Jacques Audiard, director que tiene en su haber títulos notables como la espléndida ‘De latir mi corazón se ha parado’. Así fue como con la proyección ‘De ruille et d’os’ (De óxido y hueso’) dejó en línea ascendente la curva de calidad del Festival.
Chico musculado y con buena pegada pero con poco cerebro conoce a chica guapa, entrenadora de orcas en un parque acuático, que está a punto de sufrir una experiencia traumática: la amputación de ambas piernas. El chico que ha encontrado trabajo como portero de discoteca, es padre de un chaval del que acaba de hacerse cargo inesperadamente pero no tiene para ello ni experiencia ni ganas. La chica que hasta entonces ha llevado una vida laboral y social estable, no sabe cómo ha de enfrentarse a su nueva situación y a las limitaciones de su ‘nuevo’ cuerpo. De fondo, la crisis económica que afecta a toda Europa.
Audiard tiene la habilidad de fotografiar con igual exactitud lo que pasa fuera y dentro de sus personajes. No es fácil contar sin obviedades, sin excesos, con los planos precisos, el proceso sicológico que sufre el personaje de Stephanie (qué espléndida y versátil Marion Cotillard!) desde que se despierta en el hospital y comprueba horrorizada que uno de sus mayores atractivos es solo un recuerdo hasta que vuelve a encontrar su lugar en el mudo. Un trabajo absolutamente cómplice entre director y actriz que da excelentes momentos a la película. Una película que mantiene el interés hasta el final, aunque sea precisamente al final cuando caiga en una de esas secuencias previsibles que restan en la consideración final del producto. Afortunadamente Audiard tiene oficio suficiente para salvar el peligro y salir airoso de los escollos que él mismo se pone en el camino. Lo cierto es que ‘De óxido y hueso’ merece quedar entre las tres o cuatro primeras películas de esta Sección Oficial.
Antes, se había proyectado la esperada ‘Al nacer el día’ del no menos esperado Goran Paskaljevic, el flamante propietario de tres Espigas de Oro. La última película del director serbio, autor de las recordadas ‘La otra América’ o ‘Lunas de miel’ firma en esta ocasión una historia sobre las consecuencias del holocausto. Sí, el holocausto otra vez. Una bella historia sobre la necesidad de recuperar la memoria enterrada, en este caso en una pequeña caja de hojalata, que espera ser descubierta en el subsuelo de lo que fue un campo de exterminio nazi en Belgrado. La caja guarda el secreto acerca de los orígenes de Misha Brankov, un profesor de música jubilado que no sabe que en realidad su nombre fue Misha Weiss y que sus padres lo salvaron de una muerte segura dejándolo en custodia a una familia amiga.
Paskaljevic apela a las emociones y esto funciona siempre de cara al espectador. Pero al filme se le notan las costuras de un guion con trampas para llegar a la metáfora final sobre la solidaridad de otro pueblo marginado, el de los gitanos, único colectivo disponible para homenajear al pueblo judío. Película amable, tierna para ver en familia y salir del cine pensando que no todo está perdido.
Palabras…
El final, una película fuera de concurso que en el primer pase fue pateada por parte del público. ‘The Words’ cuenta con una buena historia, la de un escritor de éxito que en realidad es un fraude, y con un buenísimo actor, Jeremy Irons. Y poco más. La película pierde mucho cuando Irons no aparece y aún más cuando aparece Dennis Quaid en uno de los papeles menos creíbles de su carrera.
(Fotogramas de ‘De óxido y hueso’ y ‘al nacer el día)