(A própósito de la exposición ‘Los progresistas de Colonia’ en el Museo de la Pasión de Valladolid)
No todo sucedió en París. Si hay un periodo fundamental en la historia de las Artes en Occidente por los cambios, a menudo revolucionarios, que tuvieron lugar en todas las artes ese fue sin duda el periodo entre las dos Guerras Mundiales.
Y París se convirtió en el foco al que todos querían acudir. La Orilla Izquierda del Sena se convirtió en lugar de peregrinación, no solo desde Europa sino desde Estados Unidos, de artistas y escritores (en este caso sería adecuad añadir la coletilla y ‘escritoras’ por la importancia de las ‘mujeres modernistas’ en la literatura.
Pero no todo sucedió en París. Y eso es lo que pone de manifiesto la exposición que desde ayer ocupa las salas del Museo de Pasión en Valladolid, organizada por la Fundación Municipal de Cultura. ‘Los progresistas de Colonia. August Sander y su círculo de amigos’ pone el foco en un microcosmos artístico y social cuya influencia irradió más allá de su lugar de origen temporal y espacial: la ciudad de Colonia durante la República de Weimar. La exposición llega en un momento oportuno. Las circunstancias históricas (algunos de sus componentes murieron durante la ocupación nazi, otros tuvieron que dejar Alemania y murieron en el exilio) contribuyeron a que el grupo permaneciera en el olvido. Pero ahora ‘Los Progresistas de Colonia’ empiezan a suscitar un mayor interés tanto desde el punto de vista de la historia como, incluso, en el mercado del arte. La muestra que podrá verse en Valladolid hasta el 20 de enero del año próximo nunca ha salido de Alemania y, como tal, solo se ha expuesto en la ciudad de Colonia.
Colección Sander
El nombre asociado al título general de la muestra, August Sander, ya da una pista acerca de su contenido. El fotógrafo August Sander protagonizó una extraordinaria exposición el mes de marzo pasado en la también vallisoletana Sala de Las Francesas. Se mostró en aquella ocasión una selección del trabajo que hizo célebre a este artista, ‘Personajes del siglo XX’, un catálogo sociológico de personajes de la vida alemana de su tiempo, acompañados en muchos casos por sus ‘atributos’ de trabajo, que pretendía ser un muestrario de las distintas clases sociales que convivían en su época.
Sander mantuvo estrecha relación con los progresistas de Colonia, como lo demuestra el hecho de que esta exposición sea posible gracias a la colección que de las obras de estos artistas atesora el nieto del genial fotógrafo, Gerd Sander.
Pero vayamos a los comienzos. Los Progresistas de Colonia fue un grupo de artistas unidos por sus ideas en torno al arte y la política. Ese era su deseo: ser considerados como artistas políticos con un ideario en el que, entre otros objetivos, figuraba el de una sociedad sin clases. El grupo existió como tal entre 1920 y 1933 y sus fundadores fueron Heirinch Hoerle (1895-1936) y Franz Wilhem Seiwert (1894-1933), a los que pronto se unió uno de los miembros más destacados del grupo, Gerd Arntz (1900-1988), que abrazó la vía didáctica del arte, a través de la cual pretendía dotar a la clase obrera de un lenguaje visual universal de símbolos y pictogramas que la ayudara a comprender ideas complejas sobre economía, sociedad y política. La plasmación artística de este objetivo fue el proyecto Isotipo en el que Arnt colaboró con el marxista vienés Otto Neurath. El isotipo como concepto está en la base icónica de las señales de tráfico o en pictogramas gubernamentales que hoy podemos reconocer en todas partes.
En la obra de Adler, como en la de otros miembros del grupo, se pueden rastrear influencias de Picasso, de Léger y de Klee, con el que mantuvo amistad. En 1933 dos de sus cuadros fueron exhibidos en el Centro de Arte de Mannheim por los nazis como muestra de ‘arte degenerado’. Y como otros miembros del grupo se vio obligado a exiliarse de Alemania.
En general, los artistas del movimiento Progresistas de Colonia – al que también pertenecieron Gottfried Brockmann, Heinrich M. Davringhausen, Otto Freundlich, Hannes M. Flach, Martha Hegemann, Angelika Hoerle, Hans Schmitz, Ernst Ludwig Ronig, Jankel Adler y Franz Jansen, entre otros – creían en la necesidad de volver a plasmar en sus obras temas como la revolución, los acontecimientos sociales y políticos, o el hombre y su posición social.
En su forma de entender el arte, la obra gráfica del grupo fue fundamental y en ella se aprecia aún más sus relaciones con el constructivismo, aunque sus abstracciones geométricas no llegaran a la radicalidad de sus colegas rusos. En las obras de la exposición es fácilmente rastreable la influencia de artistas como el mencionado Fernand Léger, László Moholy-Nagy o El Lissitzky. También es notoria la influencia del movimiento más célebre dentro de la vanguardia alemana, el de La Nueva Objetividad.
‘De la A a la Z’
Los Progresistas de Colonia contaron con una publicación para difundir su arte y sus ideas: la revista ‘a bis z’ (’de la A a la Z’) fundada en 1929 por Seiwert, Hoerle y Walter Stern. Para entonces las vanguardias artísticas no pasaban su mejor momento no sólo en Alemania, sino también en la Rusia comunista. Fue su principal órgano de comunicación y entre sus colaboradores, además de los miembros del grupo, se encuentran figuras destacadas del arte alemán como Raoul Hausmann. En ella, algunos de cuyos ejemplares puede verse en la exposición, se publicaron muchas de las fotografías de August Sander.
El régimen de Hitler, que prohibió la reproducción de sus obras, supuso la desbandada del grupo. La muerte, el exilio y la clandestinidad fueron los destinos más habituales entre ellos. Sobre su obra se extendió un silencio que se rompió en 1975 cuando Wulf Herzogenrath mostró en el Kunstverein de Colonia la exposición ‘Desde Max Dada al Cinturón Verde’. Esta exposición contribuye a su reconocimiento.