>

Blogs

André Kertész, fiel a sus emociones

La Sala San Benito de Valladolid acoge un recorrido por la obra del fotógrafo húngaro, pionero, autodidacta y radicalmente original

 

“He descubierto que para mí lasmejores fotografías son las que me dejan con más preguntas que respuestas». La frase es de André Kertész, uno de los fotógrafos más importantes que dio el siglo XX y un artista cuya intuición le hizo ser pionero en el nacimiento de la fotografía moderna. Aplicada la sentencia a su propia obra, podemos empezar a vislumbrar alguna de sus claves. Las fotografías de André Kertész no son solo aquello que el ojo atento, el ojo entrenado, puede ver.Van más allá, también plantean muchas preguntas en el espectador. Kertész protagoniza la primera exposición del año en la sala San Benito deValladolid. 

La muestra, titulada ‘André Kertész. El doble de una vida’ viene con el aval del prestigioso centro parisino Jeu de Paume y supone un completo recorrido por la obra del fotógrafo nacido en Budapest en 1894 y fallecido en Nueva York en 1985. La obra de este artista autodidacta que participó de la eclosión de losmovimientos de vanguardia del siglo XX, como el surrealismo o el constructivismo, no cabe sin embargo en los cánones de ninguno de ellos aunque pueda relacionarse con la mayoría.Mantuvo siempre su exquisita individualidad, su radical modo de mirar ligado a sus propias emociones, algo que jamás negó. Quizá la única manera de acercarse a su obra con afán de establecer etapas sea biográfica, atendiendo a los lugares a los que le llevó la vida. En este sentido la muestra que ofrece San Benito no puede ser más completa ya que abarca desde las primeras fotografías realizadas en su Hungría natal hasta imágenes tomadas en el mismo año de su muerte en Nueva York. Incluye, por ejemplo, ‘Joven adormecido’, fechada en Budapest en 1912, su primera fotografía conocida. Una imagen que ya apunta el estilo que será la firma Kertész en el futuro. Como las que hizo en el frente una vezmovilizado en las filas del Imperio Austro Húngaro durante la Primera Guerra Mundial. Son estas fotografías las que apuntan al fotógrafo que será, el que nunca pretendió documentar sino interpretar. Para él, la fotografía era eso: una manera de interpretar lo que sentía en un momento dado. «Mi fotografía es realmente un diario visual –dijo– es lo más parecido a un instrumento que sirve para expresar y describir mi vida, de la misma manera que los poetas o los escritores describen sus experiencias vitales. Es una manera de proyectarlas cosas que vivo».

Terminada la guerra, la vida le lleva a París. En 1925 se instala en Montparnasse y entra en los círculos de los principales artistas del momento como Mondrian (alguna de las famosas fotos que hizo en su estudio también están presentes en la muestra), Chagall, Foujita o Colette. Llegan sus primeras exposiciones y sus primeros éxitos. Publica junto a fotógrafos tan destacados como Germaine Krull, Man Ray, Frnçois Kollar o Brassaï (a quien Kertész había introducido en el mundo de la fotografía).

En París realiza alguna de sus obras maestras como la serie ‘Distorsiones’ en la que dos de sus modelos posan ante espejos deformantes cuyo reflejo fotografía, con un resultadoque le vale comparaciones con la obra de Picasso o Jean Arp. Quizá el germen de esta serie esté en ‘Nadador bajo el agua’, de 1917, que tambiénha viajado a Valladolid para la exposición.

Más difícil es su relación con los EstadosUnidos, adonde llega en 1936, cuando ya era un fotógrafo reconocido y un hombre pegado a una Leica (su relación comenzó en 1928 y también fue pionero en el uso de la mítica cámara). Kertész se instala en Nueva York con un contrato para la mayor agencia fotográfica del momento: Keystone. Pero la relación apenas dura un año. Sus fotografías se publican en las principales revistas y en 1945 elArt Institute of Chicago le dedica una exposición. Con todo, se considera incomprendido por lo que en 1962 pone fina su carrera profesional. Curiosamente, un año después y tras el hallazgo de sus negativos del periodo húngaro y francés que se consideraban perdidos y tras la presentación de su obra en la Biblioteca Nacional Francesa, comienza su reconocimiento internacional.

En 1964 su obra se expone en el MoMA de Nueva York y a partir de este momento se suceden los homenajes y las exposiciones de Tokio a Helsinki. En los cincuenta abandona progresivamente la calle para fotografiar desde la ventana de su apartamento con vistas a Washington Square. También empieza a fotografíar en color, aunque desde planteamientos formales muy sencillos. Y aún tuvo tiempo de familiarizarse con la Polaroid. Fue en 1977 y a raíz del vacío que le produjo la muerte de Elizabeth, su segunda esposa. El resultado fue un libro de homenaje a ella titulado ‘From my window’.

Hablaban demasiado

Sí. Sus obras también provocan más preguntas que respuestas. Puede que ahí residiera parte del desencuentro con algunas editoriales americanas en un momento en que el fotoperiodismo (aunque también se le cita como pionero del género, sus planteamientos eran diferentes) primaba por encima de otras vías. La editorial Life, por ejemplo, llegó a decir que sus fotos «hablaban demasiado».

Hablan sí. Sus ‘Distorsiones’, por ejemplo, nos hablan del artista que fue. De hecho, el resultado no tiene nada que ver con otros experimentos de espejos deformantes. Como toda obra de arte produce un suspenso temporal en el que mira. Kertész no abandonó jamás la profundidad e intensidad con que abordaba su trabajo, que acercaba los resultados más a la poesía que al reportaje. Si acaso, el género periodístico que más podría acercársele sería la crónica.

Su trabajo fue una crónica vital regida por la emoción. Y esta se caracteriza por la libertad. Unida a la calidad, rompe todas las barreras.

Sobre el autor

Más que un oficio, el periodismo cultural es una forma de vida. La llevo ejerciendo desde que terminé la carrera. Hace de eso algún tiempo. Me recuerdo leyendo y escribiendo desde que tengo uso de razón. La lectura es mi vocación; la escritura, una necesidad. La Cultura, una forma de estar en el mundo. Dejo poemas a medio escribir en el bolso y en todos los armarios.


febrero 2015
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
232425262728