UN GUISO DE LENTEJAS
Una frase elogiosa de Virginia Woolf sobre las novelas de Mary Cholmondeley (Hodnest, Inglaterra 1859-Londres 1925) aparece oportunamente en la contraportada de ‘Un guiso de lentejas’. Esta autora inglesa poco conocida en nuestro país sí conoció el éxito literario en vida con esta y otras novelas como ‘La polilla y la herrumbre’ y se la considera una adelantada al movimiento feminista por textos como ‘Diana Tempest’.
En ‘Un guiso de lentejas’, título que hace referencia a la historia bíblica según la cual Jacob compró la primogenitura de su hermano Esaú por un plato de lentejas, Cholmondeley retrata la sociedad londinense de finales del siglo XIX, sus rígidas costumbres, la hipocresía social, la forma en que una parte del clero más conservador imponía su ley sobre las vidas no ya de su familia sino de la feligresía a su cargo, mientras otra parte más progresista trataba de acercarse de una forma más humanística a sus semejantes. Y en medio de ese clima social, las dificultades de las mujeres para llevar a cabo su proyecto de vida con independencia de la única salida aceptable que era el matrimonio. Un asunto aún más complicado si ese proyecto de vida era ser escritora y sus libros chocaban con la rigidez de lo políticamente correcto, como es el caso de Hester, una de las protagonistas del relato. La otra, Rachel, ha conocido los dos extremos de la escala social y una vez conseguida la independencia económica trata de casarse según el dictado de sus sentimientos frente a las conveniencias sociales. Ambas son amigas y el tema de la amistad entre mujeres se plantea aquí también desde un punto de vista reivindicativo, desde la mirada condescendiente de los hombres que la veían con desprecio desde su atalaya social.
Escrita con una elocuente ironía, las frases punzantes que la jalonan mueven no solo a la sonrisa sino en ocasiones a la carcajada. Hay que agradecer a la editorial Nocturna el rescate de esta novela, publicada por primera vez en 1899, que nos desvela a una brillante escritora, lectora empedernida y muy dotada para la descripción psicológica de sus personajes, sobre todo femeninos. Se le ha comparado con Henry James con quien mantuvo amistad, pero a mí me recuerda en esa capacidad para la profundización psicológica que demuestra en muchos pasajes a nuestra Rosa Chacel. Se me ocurre que les hubiera gustado conocerse.
FICHA
Un guiso de lentejas
(Novela)
Autora: Mary Cholmondeley
Editorial: Nocturna
488 páginas, 19 eurosg