CUANDO EL CURRICULUM NO BASTA
Ser un cineasta internacionalmente reconocido y tener en tu haber prestigiosos premios no es patente de corso. Te puede salir una película floja, blanda. Y eso es lo que a mi parecer le ha ocurrido a Goran Paskaljevic con su último filme, que llega a la Seminci, a ‘su’ festival, con el marchamo de estreno. A esta película rodada en Italia y con producción del país vecino titulada ‘A pesar de la niebla’ le viene al pelo ese refrán que dice que el cielo está empedrado de buenas intenciones. Porque eso me parece esta historia de un niño refugiado salvado de las aguas en las que zozobró la patera en la que perecieron sus padres para ser abandonado a su suerte en un país extraño y que es recogido sin el pertinente aviso a las autoridades por un matrimonio que ha pasado por la tragedia de perder un hijo.
Una presunta buena acción para salvar al niño de un destino desdichado y que le acabará convirtiendo en el objeto de las frustraciones y miedos de los mayores. Los derechos humanos como telón de fondo no han sido ajenos a la trayectoria de este cineasta serbio que comparte con el sueco Ingmar Bergman el honor de ser el depositario del mayor número de Espigas de Oro del Festival. Pero aquí la visión empática hacia el problema que viven millones de personas y en particular a la tragedia de los niños perdidos en naufragios y cruces de fronteras pesa sobre una película que sucumbe a la obviedad y los tópicos poco esperables en un director de su categoría.
El escaso acierto a la hora de escoger al niño protagonista no es la mayor de las debilidades del filme cuyo guión es previsible, que comienza y termina con dos secuencias entre la niebla perfectamente prescindibles sobre todo la final (un final que no es ni siquiera una conclusión de la trama) y que cae en situaciones de corte naif (como el cambio de camisones de la esposa protagonista cuya depresión ha llevado al lecho conyugal o la pinta de nazi con la que se subraya el incipiente racismo del joven sobrino del matrimonio). En cualquier brillante trayectoria puede haber u n borrón.
LA FORJA DE UN INTEGRISTA
Más entonados, los hermanos Dardenne en ‘El joven Ahmed’ la historia de cómo los captadores de conciencias pueden incendiar las mentes adolescentes. Ahmed es un joven de origen magrebí que vive en Bélgica con su madre, su hermana y su hermano. Los dos chicos han caído bajo el influjo de un imán integrista para zozobra de la madre y de su tutora que ven cómo prende en sus jóvenes cabezas la mecha de la intolerancia más radical. Jean Pierre y Luc Dardenne son maestros a la hora de reflejar cinematográficamente los problemas de la sociedad actual y aunque no estemos aquí ante su mejor film no cabe duda de su interés y diría de su eficacia. Lástima de un final que lastra por completo la buena factura de la película.
AMABLE DESPEDIDA
Ya lo decía Mary Poppins en una de sus inolvidables canciones. “Con un poco de azúcar la píldora de la vida pasa mejor”. Y un poco de azúcar (lo suficientemente medida para no resultar empalagosa) usa la cineasta china Lulu Wang en su debut del largometraje para hablar de la muerte y del siempre triste tema de la desaparición de nuestros mayores. A la abuela de Billi, una joven nacida en China pero criada en Estados Unidos, le han detectado un cáncer terminal y toda la familia decide ocultárselo para evitarle el miedo final. Eso sí, los miembros del clan deciden visitarla desde distintos lugares del mundo con el pretexto de la repentina boda de uno de sus nietos.
La película se mueve entre la ternura del redescubrimiento de la matriarca por parte de la joven y de su país de origen y la rebeldía ante algunas costumbres que le son ajenas. La sonrisa es el estado en el que se recibe esta cinta rodada con humor contenido y buen gusto por una cineasta que ojalá haya ocasión de seguir.
MUJERES SIN VELO
Argelia años 90. El clima de guerra civil y los atentados de los fundamentalistas islámicos cuyas ideas prenden en diversos sectores de la población marcan la vida de la gente. Pero Nedjma quiere ser libre en un país donde las mujeres van perdiendo libertad. De vestir, de pensar, de elegir. Ella quiere ser diseñadora de moda. Lo es ya en la clandestinidad, pues vende sus creaciones en los baños de las discotecas. Un desfile con la tela del hiyab será su mayor rebeldía y lo pagará caro.
Otra directora novel, Mounia Meddour, nacida en Argelia de donde tuvo que huir su familia a causa de la guerra, plantea de nuevo el choque de culturas y de mentalidades en el que las mujeres llevan siempre las de perder si no quieren aceptar el destino de sometimiento que les espera. La película, que en algunos momentos iniciales me recordó a ‘Mustang’ de Deniz Gamze Ergüven, vista en la edición de 2015, va ganando fuerza a medida que avanza, aunque deja algunos flecos de guion sin resolver y eso impide que sea una película redonda. Por ejemplo, la influencia en la familia del asesinato de la hermana de la protagonista, una periodista abiertamente contraria al fundamentalismo. Un canto a la libertad planteado desde la alegría de la juventud siempre amenazada por los que quieren mujeres invisibles tras los velos negros.
Foto 2: Christine Plenus
Foto 3 cortesía A24