La verdad es que nadie lo entiende.
Tras tanto CIS, el centro derecha sigue aglutinándose mayoritariamente en el PP y deja de lado los partidos surgidos en los últimos tiempos, UPyD, y, especialmente, Ciudadanos. Este último surgido con un afán de aglutinar a la gente concreta en un discurso cercano a la mesotes aristotélica, la mediedad, al justo medio.
El centro de sentido común, pudieramos expresarlo. Así se ha manifestado Rivera en muchas ocasiones y en toda entrevista que le han realizado. No ha sido especialmente ácido con el PP ni con UPyD, la otra manera de centrar el pensamiento conservador pero más vehemente – siempe conciliador si cabe, muy conciliador, en exceso.
A pesar de todo el CIS lo enmarca ahí, donde siempre, en su límite del cinco por ciento de los votos. No despega a ningún lugar y contrasta con el avance imparable desde la izquierda de Podemos, que ha sido surgir y alzarse con el liderazgo de los aprtidos de izquierda, hasta el punto de provocar hasta un cisma en Izquierda Unida.
Pero por la derecha no sucede tal, y todos los votantes se emplazan al PP sin cuestioarse nada. Y más cuando hemos asistido en estas fechas de su gobierno a las peores decisiones que pudiera toamr un presidente, siendo la última la entrada en vigor de la LOMCE, una ley tan muerta, que ni siquiera la desean aquellos con los que se dialogó – mirad la enconada barricada levantada por los rectores de la Universidad. Por no habalr de las decisiones económicas en casa, que provocan la desesperación de las personas. Debiera darse un avance de esos partidos surgidos en los últimos tiempo, y, especialmente, de Ciudadanos, que venía con fuerza para fomentar una forma de hacer cercana al sentido común.
La pregunta es clara, ¿qué le impide despegar? La primera razón que se me ocurre es que su discurso se dirige a la parte consciente de la gente, aquella parte que todos conocmos de nostros mismos y que presentamos a los demás, a veces de una manera formal, otras de una manera enmascarada.
Y lo cierto es que las personas no tomamos las decisiones en esa parte consciente, ni siquiera en la parte subconsciente, lugar del recuerdo, de la memoria, d elo acontecido. Donde el ser humano toma las decisiones es siempre a nivel inconsciente, allí donde nos sentimos, como diría Platón, en urdidumbre, tan unidos que es imposible que nadie nos separe. Y si quieres presentar una nueva opcion política y que esta ascienda más allá de esa limitante frontera del cinco por ciento, has de darle el envoltorio adecuado a la misma. Un envoltorio que es el contenido del inconsciente no sólo individual sino tambien el colectivo.
Por eso, lo primero es presentar a Ciudadanos como el partido triunfador por encima del PP, por encima de UPyD, no sólo en el lenguaje y como posibilidad, sino en la mirada de los que se presentan y como realidad indiscutible. Presentarse por encima de los logros que van a obtener los demás, porque, precismente, lo que presentamos como solución, el sentido común, nos eleva por encima del resto. Presentar a Ciudadanos de esta manera, conseguiría que el votante de los otros dos partidos iniciara el mismo el travase a esa más que posibilidad de ganar a lo conservador envejacido.
Por supuesto, hay que presentarse con sesgo optimista, el futuro es bueno, porque nuestros votantes son buenos; el futuro no deparará apocalipsis, porque nuestros votantes ya han visto lo que hay tars el apocalipsis y es una nueva forma de vivir, distinta, novedosa. Este optimismo no debe abandonar a Ciudadanos en su trayectoria, porque de esta manera conseguirá, que el votante empiecea cuestionarse la elección que había hecho y se plantea justificaciones para la nueva opcion y cambiarse, sólo sea or ese optimismo.
Porque hoy en día la gente más que necesitar ganadores, triunfadores, ejecutivos de postín, sólo precisan una palabra amable que les hable de un futuro saludable, postivo, pleno.
Si Ciudadanos quiere romper esa barrera limitante del cinco por ciento, ha de recoger este discurso optimista y trasladarlo a la gente.