Finalmente se estrena el próximo viernes la película que potenciará de nuevo la vida sin rumbo de su actor principal, Tom Cruise. Porque como todos sabéis este actor había inciiado un declive triste al prestarse a participar en cualquier peliculilla, en cualquier papelillo. Qué triste cuando uno lo mira pasearse por la pantalla como una imagen deprimida del cantante de Aerosmith, aunque sepamos que canta él mismo.
No voy a caer en la tentación de decir que el famoso actor ya no lo es y que ha perdido el glamour, si que alguna vez lo tuvo. O quizá si lo tuvo, pero al lado de Nicole, al lado de este otro actor cuyo nombre lo asocio ahora con un perfume oleico. En fin, que su caída en declive es más bien por sobrepasar la cincuenta que por su capacidad interpretativa. Y cuando ecribo estas líneas me viene a la mente la imagen de Cruise con la coctelera en la mano, sin saber cómo moverla.
La película detuvo su estreno debido a la matanza que se produjo en USA, cuando un adolescente disparó repetidmente y sin sentido contra 22 personas. Siempre que en la realidad ocurren sucesos que sobrepasan la ficción, ésta se oculta por un tiempo, hasta que todos hemos olvidado más o menos el suceso y la ficción puede volver a pasar por una mentira romántica o no por una realidad novelesca.
Werner Herzog, con su mirada inquietante
Si Cruise se presentase en la película solo, con la compañía de una chica y un malo relativo, que no le hiciese sombra, la película podría titularse La era del rock o el fiasco de Colateral o esa etedura de pata que se visionaba mejor como parte de Scary Movie 4, La guerra de los mundos. Por eso, no puede tratar a este nuevo film tan mal, sobre todo si quiere recuperar sus derechos de imagen, y que nadie lo olvide. Porque la tendencia con los actores actuales frente a los de otras generaciones es al olvido, por mucho que hayan hecho.
La solución estriba en dos elementos interesantes. Uno es el director del filme, Christhoper McQuarrie, quien ganó un Óscar en 1996 al mejor guión original porSospechosos Habituales(The Usual Suspects), y que sabe contar las tramas y establece grandes diálogos, no esas maneras de hablar propias de idiotas que parlotean en las películas actuales. La otra baza con la que va a jugar la película es con el coprotagonista pero más protagonista que co, que es Werner Herzog. El director alemán de films de arte y ensayo como También los enanos empezaron pequeños y Nosferatu el Vampiro o Donde sueñan las hormigas verdes, películas todas ellas comprometidas ecológicamente, se pone delante de la cámara para actuar en una película taquillera, como un best seller literario, lo que no resulta lógico. A este director ecológico, capaz de talar un bosque amazónico y hacer que sus actoes trasladen un barco de un lado al otro de amazonas en Fitzcarraldo o hipnotizarlos para actuar en El corazón de cristal, un verdadero malo maléfico, es alo que se enfrenta Cruise. De verdad,
Si acudís al estreno de la película, asistiréis probablemente en una de sus mejores interpretaciones de Cruise, obligado por el malo del film, claro, y por la estupenda dirección de Christopher McQuarrie. Lo que no se supondrá para Cruise una recuperación de su imagen publicitaria pero sí que lo va a elevar a esa casta de actores del Olimpo de Hollywood.
Un producto de Hollywood sin Hollywodd y sólo para nuestros ojos. ¿Qué más se puede pedir?