He tenido situaciones curiosas por mi nombre, algunas hasta embarazosas, a veces las cosas no son lo que parecen.
En una boda, una pareja él sabía mi nombre y se le ocurrió decirme, Cari, ¿me sirves un poco de vino? mientras me acercaba su copa, la reacción de su pareja no se hizo esperar, le lanzó esa mirada que mata, que tritura, que nos podía fulminar a los dos, a él y a mí.
Por supuesto se aclaro el mal entendido y nos echamos unas risas, aún lo recordamos alguna vez cuando nos vemos, la mala baba de su pareja, la sorpresa de la mía, y yo de chivo expiatorio, odiada por un momento sin comerlo ni beberlo.
Otro día fui de compras con una amiga, ella entra al vestidor a probarse el modelito de turno, yo me quedo fuera, ella sale de entre las cortinas y me espeta: Cari, ¿te gusta?, pues dos dependientas solitarias en la tienda se miraron la una a la otra con esa mirada cómplice como quien cree saber lo que “hay ahí” y yo observando esa reacción. Después de pagar religiosamente, ya saliendo por la puerta como seguían algo moscas, les dije, es que me llamo Cari.
No hubiera hecho falta la aclaración cada uno es lo que quiere ser, pero sentí que mi amiga que casi no se había enterado, se quedó un poco extrañada por la actitud de las vendedoras.
Tengo más anécdotas, pero no pienso aburriros aún más.
Luego por la calle, eso de que muchas parejas se llamen el uno al otro cari me hace volver la vista más de una vez.
Blogueros a veces nada es lo que parece ¿verdad?
Qué pena que mis gatos no saben hablar, porque seguro cari, lo oiría cada dos por tres, ellos sí que saben.
Esta charla se me ha ocurrido por un reportaje que estaban dando en TV, sobre el “cari”, pero ese que nada tiene que ver conmigo pero por el que me toca volver la cabeza muchas, pero muchas veces.
¿Qué tontería verdad? Pero son esas tonterías que me gusta contaros a veces, quizá os provoque una sonrisa sin más y eso es suficiente.
Saludos blogueros.