Cuando escribo un e-mail a los amigos, suelo decir al final del mismo : UN ABRAZO.
Claro está que no a todos los contactos les envío ese gesto cariñoso, en la selección de unos y otros está la satisfacción, para ellos y para mi.
Hoy estoy en la disyuntiva del abrazo, de ese que no se sabe muy bien porqué, es siempre bien recibido y correspondido.
Y me he puesto a escribir sin estar segura de lo que quiero decir, supongo que los blogueros que me seguís estáis acostumbrados y hasta os puede sonar a “repe”, dejo que mis ideas fluyan con ese desorden que de alguna manera también quiero compartir.
Digamos que entre otras bobadas, estoy en la época de sequía, en esa en la que quiero escribir y no puedo plasmar nada coherente en mi ordenador que una veces es cómplice y otras el enemigo.
Hasta cuando opino en otros blogs siento que no me expreso como quisiera, es una sensación muy deprimente.
Bueno, pues esto viene a cuento de que me voy unos días, pocos, a mi Norte querido, cuando no pensaba que podía hacerlo por circunstancias familiares, pero quizá la generosidad de mi hijo en este caso ha obrado el milagro de que me pueda relajar poco o nada, o quizá mucho, pero quería decíroslo y compartirlo escribiendo unas líneas torpes pero sinceras para mis amigos virtuales blogueros.
Y los abrazos son los que os quiero enviar, cuando seguramente ya todos estéis de vuelta, cuando alguno incluso tenga ese síndrome de moda “depresión post-vacacional “, no creo en ella, nunca la tuve, como he dicho en una charla en otro lugar, porque pienso que la depresión viene de otras cosas muy tremendas, no por llegar a casa a una rutina que quizá estamos deseando, y a un trabajo que afortunadamente tienen muchos de los que vuelven.
Así que los que sabéis que siempre contesto a los que tienen a bien opinar en El rincón de Cari, si existe ese vacío de esas respuestas -que para mí son importantes- sólo será porque para la buena marcha del “negocio” entre mi marido y yo, mejor no me llevo el ordenador.
El día que empiece la fiesta en Valladolid estaré aquí, fiel a mi cita con mis obligaciones y con mi rutina pero sin depresión, eso seguro. Una de mis obligaciones, pero muy agradables será contestar a quien se haya acercado por aquí.
Un abrazo, sincero del todo en este caso para todos los que me podáis leer y entender entre líneas que eso es vital, aunque sea en la red.