Ya, ya sé blogueros tema menor en tiempos donde no hay mucho lugar para bromas, más bien para dolor y tragedias.
Pero hace unos días una amiga me enseña unas pulseras, orgullosa ella a tope de llevarlas, pensé que eran las famosas de Sara Carbonero cuando Casillas le dio el beso de los besos en el mundial de los mundiales. ¡Porque ganamos! Creo que esto le ha costado la vida al pulpo Paul.
Volviendo al tema, que me pierdo, pues NOOOOO, no eran las de Sara, esas ya habían pasado a segundo lugar, son otras, en forma de animalitos, así, que no se deforman, vamos, que son un amor de pulseras.
Luego hay otras distintas que se parecen a un reloj, que dicen, se comenta, se susurra, que tienen propiedades hasta para dejar pequeña al Viagra que tanto persiguen algunos de nuestros machitos de andar por casa.
No sé yo si será cuestión de empezar a exprimirse la cabecita, y en lugar de pensar en todo la basura política que nos rodea mejor diseñamos algo que vaya un poco a la zaga de lo que parece ser nuestro mundo.
Pulseras que nos hagan olvidar que alguien se ha ido, que existen guerras, cólera, hambre, injusticias y personas que prefieren la tibieza antes que el compromiso.
Lo mismo hasta lo conseguimos.
Menos mal que hoy por hoy las pulseras divinas ellas, no lucen en mis muñecas, prefiero otras que luzcan en mis inquietudes.
Pero esas no se ven, sólo las enseño en lugares donde quizá alguien me lee o me entiende, pero sólo quizá. :(
Saludos blogueros.