He asistido atónita (porque estaba y está hasta en la sopa) al gran acontecimiento de España con preliminares incluidos, de la gran boda, esa que por lo visto hasta ha necesitado el permiso del mismísimo Rey de España.
Tengo que reconocer el valor, creo que más que Diego, de una mujer de 85 años hasta arriba de botox, (ha venido en la prensa, no me lo invento) y además se ve, que se ha enfrentado a sus hijos y a lo que se le ha puesto por delante para salirse con la suya, con todo el derecho del mundo por ser mayor de edad de vivir o casarse con quien quiera, y como quiera.
Tengo que reconocer que el “qué dirán” no ha ido nunca con ella, o eso parece.
Una varicela y cosillas varias, no han deslucido algo con tanto glamour que ha dado y está dando de comer a los medios de comunicación, y lo que te rondaré morena. Supongo que hoy o mañana cualquier quiosco estará con las primicias, y habrán adelantado ediciones.
Ceremonia rociera, torera, inigualable, pero quizá fuera de la intimidad… patética.
Pero sigo diciendo, cuando alguien se pone al mundo por montera admiro a ese alguien, hombre, mujer, pero a los que se les ha ido de la mano ha sido a esas televisiones que casi abrían los telediarios con la noticia del día.
Escucho que han alquilado un balcón (habrá habido más) al lado del lugar del evento por 1.800 € para un rato, pues 1.800 palos les daría yo en estos tiempos de necesidad a la que lo alquiló, por avariciosa, porque en la zona que vive no creo esté necesitada y otros 1.800 palos a la que los pagó. Pero el negocio es el negocio y a mí me encontraron en la calle. Ocurrió lo mismo en la visita de Benedicto.
Pero… ¿Quién demonios soy yo para dar palos a nadie? Desde luego nadie.
Pero al menos dejarme el remedio de expresar lo que me tiene hasta arriba del todo, o sea.
Hoy me decía en otra charla un amigo bloguero que me tome las cosas con humor, que vivir son dos días, pues así de alguna manera me las estoy tomando a pesar de que no tengo muchas ganas de reír, hoy precisamente, pero eso es otra historia.
Así que amigos míos, ahora aquí puesta delante de este amigo inanimado que es mi portátil, se me ha ocurrido hablar de la boda de una grande de España que por lo visto hace pequeñas las noticias importantes, sólo que una boda es una boda y al menos alguien habrá sonreído unos de pena, otros con la mueca de la indiferencia, otros con la alegría de la gran noticia meses antes anunciada y que ha servido de “carnaza”, noble, pero carnaza, para según quienes y como lo hayan reflejado.
Buenas noches bloguer@s.