Esta mañana escucho en TV que estamos rozando ya los cinco millones de parados.
El título de hoy no es una suma, es que veo igualmente esa cifra, incluso superándola, en desplazamientos en el puente acueducto que nos viene y que ya prácticamente ha empezado.
Que paradojas, me decían hace un rato, eso que nos preguntamos todos ante las cifras de la DGT ¿dónde está la crisis?
Está claro que hay unos millones que no podrán ser viajeros sólo soñarán con ser algún día de los que se puedan permitir una escapadita.
Algunas serán distancias cortas, toca visita a los que se fueron para siempre, otras, kilómetros aunque caigan chuzos de punta a lugar deseado y planeado hace tiempo.
Cierto es que hay mucha gente trabajando, personas que tienen poder adquisitivo y eso se nota en estas ocasiones.
Bueno es que la gente se mueva, el movimiento siempre es bueno, la economía gana en varios sectores y eso es positivo.
Dejar de consumir es una catástrofe, pero para muchos no queda otra que quedarse en casa que es mucho más barato, ya casi sólo se pide tener para las necesidades básicas y hasta eso falla en muchas familias.
El simple hecho de poner el pie en la calle para viajar ya es empezar a gastar dinero, y mal se puede gastar lo que no se tiene.
Y los que formamos parte de esos casi cinco millones de parados nos conformaremos con dar algún paseo que otro, quedar con los amigos que se hayan quedado en casita, leer algún libro y seguir viendo pasar la vida esperando el trabajo que no llega y por lo tanto la ansiada nómina, que está desaparecida en combate.
Qué diferencia ver las colas del paro a ver esas carreteras llenas de vehículos ocupados por personas que disfrutan de su ocio.
Qué diferencia de expresión en los rostros de los que arrastran sus maletas, a los que arrastran su desesperanza y su ya pobreza, en muchos casos. Existe un túnel para todos los parados, pero poca confianza de ver la luz en su final.
Produce náuseas saber que tanta gente defrauda, roba, y evade capitales no puedo por menos que acordarme de ese problema al que parece nadie quiere poner el cascabel, mientras existe personas que lo están pasando realmente mal, y añado, editando la charla, porque me parece de ley decirlo, hay parados que están cobrando el subsidio y están trabajando bajo cuerda, flaco favor a los demás, pues eso.
Siento no hablar de la SEMINCI, no estoy mucho por ello hoy por hoy, pero leo todo, todito, todo.
Que la suerte os acompañe, a los que salen y a los que se quedan.
Saludos blogueros.