Así me he sentido hace unas tres horas.
Unos adolescentes que venían del Instituto, traían una discusión aparentemente sin más problema.
Pero se ha ido elevando el tono, he prestado atención.
Y veo que chica pone a chico contra la pared, le zarandea y le dice:
“Yo seré una gafotas, pero tú eres un negro de mierda, y que sepas que llevo las gafas porque quiero”. El insulto racista ha salido como veneno de su boca.
Supongo para ella el ha dicho el mayor insulto posible, lo mismo ya estaba acomplejada con las gafas y el otro ha aprovechado para tirar a dar en la diana. Pero caro le ha salido, casi se lo come mientras le acorralaba.
Vamos, que poco ha faltado para machacarle allí mismo, he intervenido y otra conocida que pasaba por allí también.
Y mientras se alejaban todos -había más en el grupo- pero que no se atrevían a intervenir, estaban como se suele decir “acojonados”, con perdón, me ha dado por pensar en estas situaciones de chicos que aún están empezando a vivir y se enfrentan a estas cosas que se les van de las manos.
Lo mismo el día de mañana lo recuerden y se den cuanta de lo desproporcionado de las reacciones, pero tampoco estoy seguro de que borren o no de su memoria hechos tan desafortunados. Si quedaban en su memoria esperemos sea para que sus propios hijos no cometan los mismo errores, cosa improbable, estamos condenados a repetir casi todo.
No sé si cuando hayan llegado a casa habrán contado algo, no sé si sus padres, no saben, o quizá si, o no contestan, y les falta tiempo para saber estas vicisitudes que viven sus retoños amorosos, pero está claro que los hijos tienen en ocasiones como estas una doble vida, una doble manera de hacer daño justificada parece ser por su juventud. que siempre he dicho que es una enfermedad que se pasa.
Afortunadamente otros, nada que ver.
Pues eso, que he subido a casa a comer con la sensación de que estaba en la línea de fuego de unos adolescentes que estaban a ver quien de ellos se hacía más daño.
El fuego de la palabra no mata, pero hiere y genera rencores, venganzas, eso, o se es muy genoroso y se olvida todo, claro que el tiempo es el mejor amigo del olvido.
Saludos blogueros.
PD.
Perdonar si veis algún fallo aparte de los ortográficos, mi ordenador está con problemas espero que sobreviva un poco más.