No falta mucho para que se ponga en marcha toda la maquinaria de sueños que dependen de la lotería de Navidad.

Una lotería que quizá desde que nos golpea la crisis es la más deseada, después del trabajo por supuesto, porque además un trabajo es el mejor premio gordo que nos puede tocar.

El 22 de Diciembre es un día especial, aunque estemos ocupados miraremos de reojo a esos niños que cantan los euros que llegarán si o si a muchas personas. De paso, aviso a navegantes, es el día de la investidura del nuevo presidente, pero cómo estoy hablando de sueños, mejor dejo las pesadillas del programa que supongo, al fin verá la luz y sufriremos en nuestras ya torturadas  carnes, corramos por un rato un tupido velo, casi mejor.

¿En cuántos hogares no se escucha la musiquilla famosa del sorteo? Pienso que en pocos, supongo que en el de los ricos, los que nada necesitan, al menos económicamente hablando, porque lo tienen todo hasta el aburrimiento.

Y muchos sueños se cumplirán, y quizá mucha gente pueda terminar de pagar esa  hipoteca que les tiene atenazados, o quizá  obtener un poco de desahogo para llegar a fin de mes, al menos eso si el premio es de los pequeños.

Siempre vemos a los agraciados el día de los días, brindando con cava, diciendo eso de tapar agujeros,  si son personas mayores deseando ayudar a sus hijos, y ese espumoso se convierte en burbujas de felicidad que todos en el fondo compartimos sobre todo cuando escuchamos eso de “ha sido muy repartido”, frases ya inventadas y repetidas año tras año.

El otro día leía el dato de las personas que duermen en la calle, esos que llaman los sin techo, quisiera pensar que al menos tuvieran una pequeña participación para que también pudieran soñar, pero me temo que muchos ni siquiera tendrán esa oportunidad.

Suerte a todos blogueros míos. Saludos