Así andamos por aquí, observo que prácticamente ni cometarios de las noticias y es que estas fiestas parece nos dejan desinflados, empachados y cansados.
Desinflados porque creo tenemos demasiado ajetreo, las compras, esas compras irremediables, ese trajín de tienda en tienda buscando el regalo que casi seguro luego no servirá para nada en la mayoría de las ocasiones, pero que al menos mientras se compra se piensa en el destinatario, eso es lo positivo en todo caso.
Empachados, esa es otra, comer y beber es de lo que se trata cuando a diario solemos ser más frugales, en estos días parece que si no tenemos siete platos de comida encima de la mesa no es políticamente correcto o nos pueden señalar con el dedo.
Cansados de eso, de compras, de comer y de… la familia a la que hay que hacer hueco porque para eso estamos en Navidad, aunque cenemos y comamos sin apenas sitio para llevarnos el cubierto a la boca y los codazos estén a la orden de la mesa con sus consabidos adornos navideños.
Dicho todo esto que demuestra que mi espíritu navideño está desaparecido, también he formado parte del ritual como no podía ser de otra manera, menos en lo de las compras, por esos agobios inútiles no paso.
Empachada para nada, todos los días del año ceno más bien poquito así que ayer hice más o menos lo mismo, pero eso sí, tuve que aguantar la bronca de mi hijo que debe pensar que padezco anorexia esa terrible enfermedad que afortunadamente no padezco.
La familia, ¡ah la familia! Ese es otro cantar, nos gusta vernos, juntarnos, querernos, odiarnos, abrazarnos, y después cada mochuelo a su olivo, parece que no hay navidad si no estamos rodeados y a veces acosados por todos los frentes. Todo sea por ver de nuevo esos rostros que quizá no nos hemos ocupado de ver, ni de contactar, durante el resto del año.
Ese Papá Noel que cuelga de algunos balcones parece que nos avisa de que entrará con su espíritu dentro de nosotros, de nuestra casa, y que ese rostro rechoncho formará durante unos días parte de nuestra vida. Competencia pura y dura para los Reyes “majos” porque lo primero Noel, y después ellos, los niños y mayores les abandonan por un plato de lentejas que se llama regalos en dos fechas.
Bueno blogueros míos, como ya he demostrado con éste escrito mi espíritu de la navidad pues nada, os dejo que me echéis la bronca si os parece, pero es que en mi rincón no podía faltar un poco de mala uva aunque estemos en esos día de paz, amor y sonrisas, pero también os dejo sonreír aunque sólo sea para pensar que estoy como una cabra o desangelada a tope, demasiado frio en Valladolid y en el Rincón de Cari.
Pasarlo bien y que seáis felices por encima de todo blogueros.