La verdad es que iba a poner el título en plural, pero he pensado que nadie me arroga a mí el derecho a  opinar por los demás.

No creo en los ladrones, en los insolidarios, en los mentirosos, en los corruptos,  y por ende…en todo lo que nos rodea en esta España nuestra.

Nuestras más altas instancias están que se salen de todos los calificativos antes mencionados.

El dinero a la fuga, por lo visto más 97.000 millones de € abandonaron España  según el registro de Marzo, reflejo sin duda de la falta de confianza pero también de que prima eso de ¡sálvese quien pueda! Y ahora toca decir eso de a mí que me registren.

La semana de caos que acabamos de vivir entre la bolsa, las noticias de Bruselas, Merkel, noticias y dichos que luego se desmienten no me hacen más que pensar que estamos en eso, en el caos más absoluto y que alguien no sabe por dónde le da el aire.

Harta estoy de oír y leer que estamos mal pero no tanto…oiga usted, estamos mal y dejémoslo ahí, sin parches que hacen reír. ¿Precipicios? ya quisiéramos estar al borde. Estamos en el fondo, como alguien genialmente lo dice hoy en este periódico.

No me creo nada, después de ¿cómo se llama lo ultimo? BANKIA, después de que jubilaciones millonarias se nos pongan delante de nuestras narices con nombre y apellidos, de que un juez indigne con sus declaraciones “transparentes” sin hoteles de lujo a una ciudad de lujo.  Ratos, Urdangarines, y toda la fauna que puebla este país.

Ayer me decía un familiar que esto está a punto de estallar, no lo pienso yo así, estamos tan atónitos que creo ya nos quedan pocas fuerzas para mucho más que indignarnos en redes sociales, millones de comentarios en los medios digitales, blogs y foros.

Supongo no pasa nada mientras Sanidad Educación se desangran en miles y miles de personas que se irán a la calle. Otros ya están en ella por los desahucios vergonzantes. Ignoro si estoy haciendo demagogia, lo mismo si, pero si para decir lo que pienso tengo que utilizarla aunque no lo desee,  eso quedará a vuestro criterio que yo admitiré porque al fin y al cabo sois vosotros los jueces de cada escrito.

Supongo soy sólo una indignada más, atónita y triste que se desahoga por estos lares del Norte de Castilla.

Saludos blogueros.