Siempre mudos pero con esa  su mirada, con su acercamiento, pero sin responder como lo hacemos los humanos, pero tienen respuesta ya lo creo que sí. Hablo de mis gatos que ya no están pero podía hablado de mi perra que tampoco está ya.

Y esto viene a cuento de que algo que no está saliendo a la luz más que en alguna red social, por la Eurocopa, se han sacrificado de forma muy cruel a 50.000 perros y gatos para que la “imagen” de la ciudad en cuestión sea perfecta.

Iba a poner la foto pero creo que nadie merece ver algo tan terrible, así que me abstengo de las imágenes más fuertes,  sólo pongo la del hombre abrazado a su perro copiada de la red social  y al lado lo que ha habido ante la pasividad de todos, demasié, humanos, demasié.

No soporto el maltrato animal, creo que ya todos lo sabeis, pero me ha parecido siempre que los animales somos nosotros hasta con nosotros mismo, somos lo peor para nosotros y para cualquier especie que siquiera respire sobre la tierra, pero entiendo que con los tiempos que estamos viviendo de incertidumbres, de necesidades de dramas familiares de humanos, me reprochéis quizá que hable de algo que ¿tampoco importa tanto?

Pero hoy que he sido incapaz durante un telediario de decir esta boca es mía por pura perplejidad, y por puro alejamiento de ideas de los  que estaban al lado me he acordado que ellos siempre están/estaban ahí, detrás de mi puerta, poniéndose sobre mi cuando me veían hacer sillón bol, buscando esa caricia que siempre tenia y siempre era correspondida.

Es lo que tiene comer con “personas” variopintas que algunas nada que ver con lo que somos nosotros, y surgen esas chispas que pueden provocar un incendio.

Así que entre toda la vorágine de políticos y porquería que tenemos hoy sólo me he acordado de mis gatos y de esos pobres cuatro patas que en nombre de la buena imagen han sido sacrificados sin que casi nadie se haya enterado.

Quizá haya que esperar  a que acabe la Eurocopa para que algo de esto se denuncie, pero será ya demasiado tarde para ellos y para  todos nosotros por ser los más irracionales de la tierra.

Saludos blogueros.