Parece que no se me logra eso de no escribir hasta septiembre.

 Se me acaba de ir un amigo aparte de por esos e-mail que me enviaba porque le conocía por esa socialización que vamos teniendo en nuestros barrios, personas buenas, buenas personas, el lo era.

 Y quiero agradecerle desde aquí que me enviara esos correos divertidos, pícaros, paisajísticos, humanos y medioambientales sin sensiblería, sólo distintos.

Y quiero agradecerle que nunca me enviaras velas encendidas, avisos falsos de la guardia civil, cadenas que si no las reenvías te pasaran no sé cuantas cosas, todas por supuesto malas, y ese largo etcétera que existe en los e-mail de la red.Gracias por todo eso amigo, gracias.

   Pero ya no recibiré más nada de eso tan selectivo que me mandabas, te has ido.

 Y cuando me he enterado ha sido muy tarde, te acababa de ver en una consulta de la enfermera que compartíamos, pero esas esquelas que nunca leo me hubieran dado una pista, cuando alguien me lo ha dicho ya era tarde para acompañarte, a ti, a tu mujer para darle ese gran abrazo que la debo, ese día en la consulta te di un beso, y otro a ella, supongo sabíamos tú, ella y yo lo que había, pero jamás pensé fuera tan rápido. No sabemos que tanto por ciento queremos sean las despedidas tan rápidas ciertas cosas, ciertas soledades… no lo sabemos.

 Y por eso me salto una vez más mis reglas de “hasta Setiembre” tú mereces la pena, estés donde estés, espero alguien lea ese último correo te he enviado sabiendo que ya no estabas aquí.

 Un abrazo con toda mi pena, pero recordando los buenos ratos que pasé contigo, así la pena lo es menos.

Saludos blogueros.