Ahora que está tan de moda esto de los nacionalismos pienso en el lugar donde nacemos, y luego donde vivimos o pacemos como se suele decir.
El lugar donde nos paren nada que ver en ocasiones con el lugar donde desarrollamos nuestra vida o morimos.
Mi opinión particular sobre esto de los nacionalismos es que poner fronteras a tutiplén en nuestro planeta es una demasía que ya tenemos.
Pero dicho esto, no seré yo quien demonice a los independentistas, porque creo que su opinión es tan respetable como la mía enemiga de tanta frontera.
¿No le estaremos dando demasiada importancia y bombo al asunto?
Nací en un pequeño pueblo de Zamora, pero digamos que prácticamente sólo nací, siendo muy pequeña mi destino y el de mis hermanos fue el País Vasco donde ha transcurrido gran parte de mi vida y donde aprendí a amar esa preciosa tierra.
Años después el destino me llevó a Asturias, y ahora parece que ya voy echando raíces en Valladolid.
Todo esto hace que al final te sientas ciudadana de cada lugar, porque en cada época vivimos sensaciones diferentes, tenemos nuestros hijos, amamos, y sufrimos, todos dejan huella para bien o para mal, no importa la ciudad.
La gente que emigró en su día ahora tiene hijos, catalanes, vascos, ¿de dónde se consideran esos hijos, nacidos o criados fuera de su lugar de origen? No creo nadie quiera reprocharles que amen el lugar que les acogió porque había que huir de la miseria buscando trabajo donde lo había, hasta nuestros padres ya estaban cómodos en el lugar que les puso el destino.
Después los años te van haciendo que consideres ese lugar parte de ti mismo, y prefieres que no te pongan en la disyuntiva de elegir, pero hay gente empeñada en que elijamos en nombre de no sé qué.
Bueno pues hasta aquí mi reflexión sobre el tema “estrella” de ahora mismo que, repito, creo que no necesitamos más fronteras ni en el mundo ni en España, pero es una opinión seguro que no será válida para muchos y ahí estaré para respetarla.
Saludos blogueros.