Creo que nunca he hablado de esto en mi blog, es un tema al que tengo un gran respeto. Hablo de esa violencia de una enfermedad llamada cáncer.
Esa que afortunadamente ya no se esconde como antes, parecía una enfermedad maldita, cuando hoy día no lo es porque existe esperanza, existen avances, existe información.
Ha sido el día del cáncer de mama, por cierto me ha sorprendido saber que también a los hombres les afecta en muy poco tanto por ciento pero son vulnerables aunque en menor medida que las mujeres.
Hace unos días pasé por una mamografía, la rutinaria en que la Junta de C y L nos avisa que nos toca pasar el control. Supongo recibiré el resultado un día de estos.
Una cuñada me llamó un día con la voz temblorosa para decirme que la operaban que tenía un tumor en un pecho, todo salió bien, está en eso de la quimio, la llamo de vez en cuando para ver como se encuentra, tiene el apoyo de sus hijos, no el de su marido, mi hermano por desgracia la dejó aquí y él se fue para siempre por sorpresa sin tener oportunidad de acompañarla en estos duros momentos, pero la vida es así injusta para mi cuñada, y para el que era su vida, su marido, mi hermano.
Ella me cuenta los efectos secundarios de su quimio, su debilidad, pero luego está mejor y sobre todo esperanzada es una mujer valiente, siempre lo fue, me gustaría estar más cerca de ella físicamente pero no lo estoy, nos separan bastante kilómetros lejos de Valladolid, esto trato de suplirlo con una llamada de teléfono pero no sé hasta qué punto ayudo o doy fuerza.
Seguro que decir que me pongo en lugar de todas las mujeres operadas sería una entelequia porque para nada puedo ponerme dentro de alguien que está pasando por eso, pero sí creo puedo entender de alguna manera que algo de ti misma se va, que un inquilino que no esperabas llega así sin más, sin ni siquiera llamar a la puerta, casi sin síntomas, sin dolor.
Alguna vez escucho a alguna mujer que no va nunca al ginecólogo, que no pasa ninguna clase de control dicen que se encuentran bien que no hace falta, podéis creer que las hay, ¿el motivo? Dejadez, puritanismo, miedo, parece mentira pero las hay, lo sé.
Mi lazo de hoy va por esa persona de mi familia, por todas las mujeres (y hombres) que de repente se encuentran con que cambia su vida de la noche a la mañana con un cáncer que no debe esconderse, no es ninguna enfermedad maldita, puede decirse, no pasa nada, hoy día la esperanza de curación es altísima, con pecho o sin pecho reconstruido no se es menos mujer.
Mucha fuerza, mucho valor, mucho de todo, pero se puede con ello, se puede.
Hasta dentro de un tiempo blogueros, saludos mil y gracias a los que habéis estado ahí.