Me imagino hace años diciendo a mi madre eso, supongo que abriría unos ojos como platos.
La verdad es que trato de recordar cuando abrí el blog, hace muuuuucho tiempo ciertamente pero no logro encontrar la fecha.
El primero era sólo escritura no sabía hacerlo de otra manera, ni tags, ni avatar ni nada de nada, luego fui evolucionando y cogiendo opciones que me daba el Norte de Castilla, pero lo pasé fatal porque no sabía poner en marcha todas las posibilidades que se me ofrecían.
Actualmente aún hay cosas a las que no saco partido pero estoy en ello aprenderé igual que aprendí a subir fotos que por cierto me costó sudor y lágrimas, sangre no, porque ya sería mucho, je, je.
En todo este tiempo ¿meteduras de pata? Muchas, para que me voy a engañar ni engañaros a vosotros.
¿Malos ratos? Algunos por algún troll que otro pero que superé por eso de que no todo el mundo es bueno, algunos tienen como hobby tocar las narices y los escritos de los demás en la tela de araña donde estamos metidos voluntariamente.
Antes de morir mi madre siempre se sentaba en un sillón al lado de donde tenía mi portátil, la veía mirar de reojo lo que yo hacía, me solía preguntar que porqué estaba escribiendo y quien lo leía.
La contestaba siempre que esto lo leía todo el que quisiera en Internet, eso a ella le parecía rarísimo, no lo entendía y le producía un poco de temor.
Recuerdo un día en que le mostré fotos de su lugar de nacimiento, un lugar en Cuba, se emocionó no podía creer ver esas casas iguales a donde ella nació.
Poco a poco fui explicando a una persona muy mayor pero con la mente muy entera que ahora puedes ver el mundo, cosas hermosas y cosas miserables por un ordenador, creo que al final de alguna manera lo entendió.
Y hoy sólo mirando un sillón vacío donde nunca me siento, se me ha ocurrido estar un poco triste porque nadie me pregunta ya que hago en el PC de mis entretelas.
Hoy, ama, -así te llamé siempre- la entrada de tu hija ha ido por ti, no me preguntes desde donde estés, el porqué, supongo que los recuerdos son caprichosos y necesarios en ocasiones, pero sin nostalgias.
Y ahora no sé muy bien porqué viendo el sillón vacío, pero lleno aún de ella, se me ha ocurrido pensar que también aproveché la herramienta de la Red para enseñarle a sus nietos, fotos varias que despertaban en ella sentimientos y añoranzas.