Dicen los expertos que se llama “El síndrome del emperador” El maltrato de hijos a padres que se va extendiendo como una plaga, pero que no ve la luz con la fuerza suficiente. Al igual que la violencia de género pocos padres buscan ayuda en muchos casos por miedo, por vergüenza o por una malinterpretada protección al hijo.
Otro día hablaremos del maltrato de padres a hijos, para cada cosa hay un tiempo.
El cinismo, la prepotencia la agresividad de estos adolescentes se descarga con unos padres que normalmente se lo han dado todo y nunca mejor dicho, pero el “emperador” de la casa quiere más y más.
Que muchos padres viven con miedo la convivencia con sus hijos es un hecho triste pero muy real.
Hoy día donde ya no se les puede dar todo lo que la criaturita pide la situación empeora, si antes no se les negaba capricho alguno, ropa de marca, euros de sobra para salir a un ocio que quizá no se pueden permitir los padres la violencia se dispara.
Si antes se les ha dado todo, cortar eso es difícil, ese error de “pide por esa boquita” se paga caro, jamás podemos hacer de nuestros hijos pedigüeños por ley y porque creemos que sólo así les demostramos cuanto les queremos. Él hijo debería saber que eso no es así, pero estos emperadores le sacan jugo a todo lo que sea en su beneficio.
Muy pocas veces se habla del tema, al menos yo no lo veo reflejado en los medios, supongo que alguien cree que es un tema menor y NO LO ES.
El niñ@ o adolescente se apodera bajo la amenaza, o el chantaje de todo un hogar ante la impotencia de unos padres que sólo están tranquilos cuando el hijo se ausenta aunque sea por unas horas, porque dejaran de oír golpes, patadas, gritos o insultos y lo que es peor, agresión física.
¿Qué pasa colega? Forma de hablar en estos niños/adolescentes a las personas que les deben la vida, cosa de la que suelen pasar porque dicen eso de “no haberme tenido”, ¿a qué os suena?
El problema es grave porque como decía al principio, pocos padres denuncian o buscan ayuda y terapia de familia ante estos hechos.
Cuando vaya pasando los años serán prepotentes, tiránicos, déspotas, y todos los sinónimos que queráis ponerles, y la violencia cogerá otros grados aún mayores cuando formen su propia familia si no se ataja a tiempo.
Ignoro cuál será la solución, supongo que necesitan subir su autoestima para saber que siendo de otra manera serán útiles para ellos mismo, y para la sociedad que les rodea, el problema es hacérselo ver.
Según un estudio que leí el otro día en el Norte nuestras adolescentes, ellas también, pueden ser nuestras propias hijas -violencia y despotismo no tiene necesariamente perfil de hombre- cada vez son más agresivas, y paradójicamente más machistas, creen, por ejemplo, sólo es un ejemplo, hay muchos más, que el que su pareja tenga celos es amor, un lenguaje soez parece las hace más válidas ante la sociedad y todos estos comportamientos en el primer lugar que tienen salida es en el hogar que comparten con unos padres que sufren estos vaivenes de nuestros jóvenes, y de alguna manera ven a sus amig@s o conocidos que tienen sentido común como ñoños e imbéciles. ¡Hay que fastidiarse!
Ignoro si he sido pesimista en el tema de hoy, hace tiempo me rondaba escribir sobre ello, y al ver el otro día un reportaje sobre el síndrome del emperador, pensé que era el momento, una inquietud más que queda reflejada en este chiringuito que tengo montado en mi rincón que he pensado muchas veces en abandonar pero que como veis me es imposible ¿a quién si no voy a contar mis cuitas y sensaciones? Vosotros sois mis destinatarios.
Saludos blogueros.