Hace no mucho tiempo estaba en la acera y veo pasar a un hombre con una bicicleta, enseguida me di cuenta que iba haciendo eses con el consiguiente peligro, no iba montado, pero era igual algo estaba mal, efectivamente, a los dos metros se cayó redondo con bici incluida. Digamos que iba ligeramente “perjudicado”
Con él cayeron folios en blanco, una carpeta sin cremallera que portaban dichos folios, una barra de pan y diversas cosas que llevaba en el sillín atadas en un cajón.
Automáticamente intenté levantarle, pero llamé a una amiga con muchas más fuerzas que yo y ella lo consiguió, recogimos todo, le dijimos que en las condiciones que estaba no montara en su bici, preguntamos que de dónde era, nos respondió que de Mercurio.
Y hoy que está todo pendiente del Barcelona Madrid, de las elecciones andaluzas he querido hablar de esas profundas arrugas, de esas páginas que llevaba en blanco, de una persona que no sabe muy bien donde va.
Seguro que en esos folios se podría escribir su vida, y por qué había llegado hasta ahí.
Al final le vimos perderse a lo largo de la calle, seguimos su rumbo con la vista.
¿Cuántas personas están así? No sabemos, no contestamos…son demasiadas.
El hombre de la bici…
Saludos blogueros.