Es lo que hay, tengo la mala suerte de tener amigas/conocidas, que no entienden para nada mi conciencia animalista.
Y ¿Qué pasa? Que lo primero que dicen que antes de interesarse por el maltrato animal, o por el Toro de la Vega, me echan en cara que tengo que ver a los refugiados, a los niños del hambre… ¿¿??
Claro, no tienen internet, no entran en comentarios, no saben de lo que me preocupo cada día, que fácil es mezclar todo cuando al final no saben más que cuando lo ven en un telediario cuando están aburridas y entonces por arte de magia, salen terribles imágenes de refugiados, y todo lo demás que les deja el cuerpo mal. Amen.
Otr@s estamos en todo sin que tenga que chocar una cosa con otra.
Me dicen: Cari comes carne, claro que sí, la verdad cada vez menos, pero eso es ley de vida, los mataderos existen, pero no admito matar a un animal por diversión como en las fiestas de los pueblos, cómo en una plaza diciendo que es arte, que forma parte de una cultura, un montón de gente fuera de sí, haciendo que una vaquilla agotada llegué ya muerta a lo que no debería ser su destino. No quiero ser culta si esto es cultura.
Los mataderos hay que humanizarlos…
Hace tiempo leí un blog que se titulaba: Si los mataderos tuvieran paredes de cristal… realmente bueno. Lo podéis buscar está en Google.
Por supuesto no me queda otra que respetar esas opiniones, Mariló es experta en soltar perlas varias, -las perlas son preciosas- no se merecen a tal persona que llama maestro a quien no lo merece. Pero afortunadamente no es mi amiga.
Pero cuando son amigas pues sigo defendiendo mis ideas, pero respetando las suyas, se trata de eso, de respeto que yo a veces no tengo por su parte.
Un saludo y abrazos blogueros y de Facebook