Últimamente están de moda.
Particularmente no me gustan nada, pero nada.
Las gafas de sol las necesito me veis en muchas fotos con ellas debo tener una especie de fotofobia, vamos, digo yo, nunca me compraría la moda que se lleva y que conste que no critico a quien las lleve, -solo faltaría- pero no es mi opción.
Pero estar hablando con alguien donde me estoy viendo en un espejo, como que no. Ya me miro en los de casa y cada me cuento una arruguita más fruto de la experiencia, de la madurez y porque me estoy haciendo mayor.
Me gusta ver los ojos a la gente y si llevo gafas y estoy hablando con una persona largo rato me las quito, los ojos hablan, ellos nos dicen a gritos cómo nos sentimos expresan emoción, alegría pena, serenidad, los ojos son la parte más importante, incluso más que nuestro lenguaje corporal.
Por cierto los blogs muy parados, verano, o sea.
También es verdad que las gafas –cualquier gafa de sol- sirven para esconder otras situaciones, unos ojos llorosos o hinchados, un hematoma, etc. y que no nos gusta enseñar en general por eso de que mejor no mostrar las ¿miserias? Que no son tales, son la vida misma.
Bueno pues nada, hoy escribí sobre esto, seguro chorrada pura y dura, pero cuando me da la vena pues eso, me gusta compartirlo con todos vosotros.
Un saludo.