Creo que de mucho más allá de lo que dicen nuestros hombres, algunos de ellos, machitos de toda la vida.

¿La fama que tenemos?, los trapitos, esos trapitos que parece nos traen a mal traer a nosotras, no esquivo la parte de verdad que puede haber en esto, pero sólo esa parte porque para nada todos son trapos en la vida de una mujer, hay más mucho más. Muchas sensaciones a veces escondidas…

No me gusta hablar de trapitos, pero si hay que hacerlo, lo hago, no me gusta el cotilleo del corazón pero si un día hay que entrar al trapo, aunque sea en desventaja porque no entro en ese mundo que para mi es un para mi parásito, pues entro, siempre con cara de palurda porque no sé muy bien quien se ha separado de quien, o quien se ha encamado con quien, cuando es de dominio público.

Pero cuando nosotras hablamos en plan de amigas, con una o con varias, los temas pueden ser de toda índole, es más, creo que somos capaces de empezar por el desarrollo de la mosca y terminar hablando de la hibernación del oso, por poner un ejemplo y entre medias hemos arreglado el mundo.

Pero bromas aparte, y hablo de mi experiencia, justo de la mía, pero que supongo se verán reflejada en ella algunas blogueras, las mujeres podemos tener una química, especial a la hora de hablar, de tener una conversación aunque a veces parezca que hablamos todas a la vez, aunque parezca que es un corral de gallinas, como he escuchado en alguna ocasión.

Si tenemos un problema digamos, “intimo” buscamos a una amiga del alma para contárselo, no importa que luego ella tenga otros y la conversación derive a los suyos, al final nos hemos escuchado, nos hemos desahogado, bendito desahogo, que hace que nos sintamos mejor, sin ese ahogo que provoca no decir los sentimientos que fluyen sin control en nuestra mundo interior por la impotencia de ¿a quien le importa? afortunadamente a alguien siempre le importa, siempre, sólo tenemos que decirlo.

Podemos ser las mejores, las peores, las tristes, las alegres, las amantes, las madres, las consejeras, las amigas, o enemigas si hay un mal entendido que no se aclara a tiempo, cosa que hay que tratar de solucionar lo antes posible, si merece la pena, que no siempre la merece, y entonces ¿para qué perder el tiempo?

Pero sea como sea, estamos ahí, y eso es algo que depende, sólo depende de la sensibilidad, de saber que somos un mucho de intuición, más de corazón y algo menos racionales que los hombres, pero sólo algo menos, no me interpretéis mal.

Y ni siquiera me planteo lo que es mejor o peor, supongo que según el cristal,donde se refleje.

La racionalidad a veces resulta fría, dura, sin compasión, sin ternura, así yo al menos no quiero ser cien por cien racional, NO, con ese coste emocional.

Y aunque parezca que el hilo de hoy va para mujeres, si algún bloguero tiene algo que decir, u objetar,desde el punto de vista del hombre, bien recibido será.

Saludos bloguer@s.