“ni los toros ni el resto de los animales tienen dos derechos fundamentales: el de la libertad y el de la vida.
Seguro ni se le ha movido un pelo de su cabeza al mozo que ha dicho esto en el debate para declarar los toros “bien de interés cultural”
Las redes sociales echan humo con estas declaraciones, normal en esas redes sociales hay mucha gente joven que afortunadamente la mayoría no comparte esas perlas que están publicadas y que llegan en segundos a la red de redes.
Admite que los animales sufren, que su maltrato degrada nuestra humanidad ¿en qué quedamos? Si sufren y nos degrada aun así ¿defendemos la sagrada fiesta taurina?
Pues sigamos degradándonos….
He escrito tantas veces sobre los toros o cualquier maltrato animal sólo por pura diversión que me doy cuenta que puedo ser cansina, que puedo repetirme pero no me importa, ellos no tiene voz, pero la mía, aunque sea a través de mis escritos, sirva para darles esa voz, pero sufren y sienten pese a lo que diga en la tribuna del Congreso alguien que se ha quedado tan oreado.
Nunca critiqué a quien acude a los toros, creo que la libertad de cada uno es eso, libertad, pero no comparto para nada ver sufrir y morir un toro en nombre de una fiesta que alimenta el sufrimiento de un bello animal.
Los taurinos defienden su fiesta están en su derecho, pero ¿dónde están los derechos de los animales?
Ah, se me olvidaba no tienen derechos, sólo faltaba.
Me resulta nauseabundo todo lo que rodea últimamente la sociedad en que vivimos pero no quiero mezclar otros asuntos porque estoy hablando de animales y no me distraeré en el empeño metiendo por medio cada náusea de cada día, cada desencanto, sólo hay que dar un repaso a la actualidad.
Lo peor es que no es sólo la fiesta de los toros es cada espectáculo que hay por cada pueblo, otros se protegen en nombre de tradiciones, en nombre de que es algo catalán, en nombre en fin de la sinrazón, se dejó de tirar la cabra desde un campanario, en un pueblo de Zamora algo se consiguió espero que con el tiempo las futuras generaciones se nieguen a contemplar semejantes barbaridades.
Quizá espero mucho, es posible pero en esa confianza estoy, pero hasta entonces ¿Cuántos seres vivos caerán en nombre de cualquier fiesta?
Saludos blogueros.