He leído una frase de una famosa de cuyo nombre no me acuerdo, que me ha llamado la atención:
“No hay atractivo en ser desdichado”
Pues bueno, supongo que no, un rictus de amargura no es precisamente para salir guap@ en la foto.
Pero es que en ocasiones somos desdichados, diversos acontecimientos suelen coincidir para que así sea.
No creo que ir de triste por el mundo sea una forma de vida, a todos nos gusta reír y ser felices y rodearnos de gente positiva, quizá haya alguna excepción somos todos muy diversos, pero existen cosas que nos hacen ser desgraciados, a veces nimias, pero otras veces importantes y contra eso no se puede luchar.
Ir de positivo y ser feliz tendría que ser lo normal, sólo tenemos una vida y desperdiciarla sufriendo no tiene mucho sentido, pero cuando llegan los problemas, a veces varios juntos, es difícil si no imposible ese positivismo y esa felicidad.
La verdad es que cada vez se ve a menos gente con la sonrisa puesta, o sea cada vez hay menos gente atractiva según la frase de la famosa que cito al principio.
Supongo que el verdadero atractivo es estar cómodo con uno mismo, cuando toca estar con la moral por los suelos, pues toca, no pasa nada y cuando toca algún ratito de felicidad hay que aprovecharlo.
Partiendo de la base de la felicidad nunca es absoluta pues hay que vivir con ello.
Reír, cantar, llorar, emocionarse, suspirar, desear, amar y disfrutar cada momento es la meta.
El llorar como terapia existe y hace que después de esas lágrimas se deshaga el nudo de la garganta y quizá una vez deshecho se pueda sonreír habiendo alejado la presión interna que ahoga sin ninguna piedad.
Aunque soy consciente de que no hay un alma por aquí en estos días, pues aún he querido lanzarme al blog, me apetecía escribir no me iba a quedar con las ganas.
Pues eso que no pasa nada porque a veces nos falte el atractivo ojalá siempre estuviéramos divinos de la muerte de contentos felices y dichosos, pero…
A pesar de todo lo escrito, de acuerdo con Mafalda, siempre tan llena de sabiduría.
Saludos blogueros.