Lamerse las heridas, mis dos gatos pasaron por el veterinario un par de veces, se quitaron el vendaje y se lamian sus heridas, por lo visto su saliva tiene un componente que les ayuda a cicatrizar.
Pero los humanos ¿cómo lo hacemos?
La saliva que alivia no nos llega al corazón herido, al dolor, a esa cicatriz que tiene que cerrarse, pero de verdad, no en falso.
Y hay muchos seres humanos heridos por una u otra causa, desgracias que a veces nos abren en canal sin saber muy bien qué remedio poner para que cuanto antes pase el vacío, la desesperación y la pena.
Cuando hablamos con las personas nos encontramos en ocasiones con llagas abiertas que parecen sin remedio, y entonces no sabemos muy bien cómo poner esa saliva de alivio que tan bien les va a los cuatro patas.
Es difícil superar traumas que no esperamos, es difícil resurgir de las cenizas que alguien dejó sin pensar que aún no estaban apagadas, que sus rescoldos vuelven a aparecer en nombre de la sensibilidad que nos traiciona y entonces pensamos en eso de que ojalá fuéramos como piedras que nada nos afectara. Aunque haya gente que es fría cómo el mármol.
Pero no es así, estamos para bien o para mal llenos de sentimientos, de debilidades, o de enterezas que a veces demostrar es como una pesada losa.
Y hoy dos de Agosto que nadie nos lee, que mucha gente está disfrutando de un merecido relax, he querido acordarme de las muchas heridas que parten el corazón a muchos seres humanos.
Y cómo sé que dar consejos sirve de poco ante un trauma humano sólo se me ha ocurrido escribir una charla quizá triste pero real…la gente real está ahí más allá de un ordenador que sólo escribe lo que su dueñ@ siente en ese momento.
Hay vida hay fuera, hay vida después de una herida abierta ¿pero cómo nos lamemos la tristeza?
Saludos blogueros.